El amor es la gran forma de redención del ser humano
Ángela Vallvey, escritora y Premio Nadal 2002, da un giro nuevo a su literatura y a los libros de autoayuda y publica ‘El arte de amar la vida’. «La felicidad no es el objetivo, sino que el regalo es el mismo viaje por la vida», dice la autora. Para detallar este concepto y ofrecer otros consejos de autoeducación, Ángela Vallvey visitó el plató de Periodista Digital.
SINOPSIS
Quien sabe leer puede aprender a vivir bien utilizando los mismos recursos que usó para descifrar las claves del lenguaje. La intención es que el estado de ánimo de los lectores de estas páginas mejore de manera considerable tras su lectura, como un pequeño cambio en el ritmo biológico del cuerpo que inunda de placer el cerebro y le hace sentir que el mundo merece la pena gracias a las palabras, dice la autora de este libro.
«El arte de amar la vida» explica cómo forjar una conciencia preciosa y sabia, una sensibilidad divertida, elegante y original que nos ayude a vivir mejor, enriqueciendo nuestro carácter. Con expresiones siempre escogidas con cuidado, la autora transforma su peculiar arte poética en todo un arte de vivir y educar el espíritu. Pero «El arte de amar la vida» no promete la felicidad ni impone la obligación de ser feliz, sino que enseña cómo ser un poeta o artista existencial cuya mejor obra sea la propia vida.
Vallvey explora la vía que ya transitó en forma de narrativa con «Los estados carenciales», ganadora del Premio Nadal en 2002 y que supuso un auténtico éxito editorial traducido a veinte idiomas.
TITULARES DE LA AUTORA
‘El arte de amar la vida’ es un libro que se puede calificar como de autoayuda aunque a mí tampoco me entusiasma esa denominación. Yo prefiero llamarlo de autoeducación.
La felicidad no tiene que ser el objetivo, porque se ha convertido en una obligación. Ahora nos venden felicidad por todos lados, nos la venden con objetos de consumo, nos la venden a través de promesas ideológicas, de sueños económicos, de coches, de textil.
Esa obligación de ser feliz empieza a convertirse en un efecto narcótico y en una causa de profunda frustración y de profunda infelicidad.
Hemos creado unas sociedades tan poco dadas a imponer limites, a educar, que hemos diluido el concepto de moral.
Ser el gracioso es muy triste. Otra cosa es tener gracia. Tener gracia es un arte delicado.
Para ser narradores de nuestra propia vida tenemos que dejar de ser «el gracioso» o «el drama», el dramático por excelencia y construir un trabajo decente, equilibrado.
La asignatura pendiente de la educación en España es la oratoria, poder enseñar a los niños desde pequeños a expresarse con corrección. Ni siquiera se ha cumplido el objetivo fundamental de la educación, que es la alfabetización.
Hay gente en la televisión, en los medios de comunicación, que se expresa de forma manifiestamente mejorable.
Por primera vez en toda la historia del ser humano, la educación no mejora la vida ni el estatus social de las personas.
El amor es la gran forma de redención del ser humano.
El amor se ha convertido también en un subproducto materialista.
Cuando una persona carece de imaginación, se encuentra en un cierto modo incapacitada para sobrevivir en un mundo cada día más exigente.
DATOS SOBRE LA AUTORA
Ángela Vallvey, escritora y licenciada en Historia Contemporánea, inició su producción literaria escribiendo relatos juveniles y poesía. Su corta y exitosa carrera está jalonada de galardones diversos entre los que cabe destacar el premio Nadal 2002. El prestigioso guionista Rafael Azcona ha adaptado para el cine la obra ‘A la caza del último hombre salvaje’, primera de sus novelas para adultos, que cosechó un gran éxito de público y crítica y que fue traducida a ocho idiomas diferentes.
