Pensaba que yo era rara pero hay mucha gente rara como yo que se ha identificado con mi libro
La periodista Pilar Eyre es a la vez autora y protagonista de ‘Nomeolvides‘, novela en la que a través de su último premio literario trata de recuperar la historia de amor de su vida, en medio de incontables peripecias. Eyre visita Periodista Digital para contar en detalle todos los ingredientes de unas entretenidísimas páginas que se devoran con avidez.
Pilar ha vivido una increíble historia de amor y ha decidido inmortalizarla en una novela en la que cuenta sin recato su mágica experiencia.
Con ella espera ganar el premio más importante de las letras españolas y poder ofrecer esta victoria a Sébastien, el hombre de quien sigue profundamente enamorada, al que ha perdido el rastro, para recuperarle nueva y definitivamente.
La novela no consigue el ambicionado galardón, aunque queda finalista. En medio de las efusivas felicitaciones de todos, Pilar se siente trastornada y profundamente decepcionada: ese segundo premio significa para ella el adiós a la posibilidad de volver a conquistar a quien considera el verdadero amor de su vida.
La gira que realiza junto con el ganador del Planeta, Jorge Zepeda – ganador también en la realidad del Planeta 2014- es el escenario en el que se va desarrollando su incesante búsqueda de Sébastien.
Cuando comienza a saberse que su novela es una historia real, el interés de los medios aumenta y todos empiezan a hablar de su valentía y su sinceridad por el hecho de dar a conocer una historia de pasión tan bella como efímera (la historia de Pilar y Sébastien se concentró en tres maravillosos y únicos días compartidos).
Esta repercusión mediática le vuelve a dar pie para concebir la esperanza de que al francés le puedan llegar noticias sobre su novela y sobre ella misma. Entonces decide poner también algo de su parte para contribuir a que esto suceda.
Poco a poco, la búsqueda de su amado empieza a dar sus frutos, aunque no de la manera que ella esperaba. Pilar tendrá que hacer frente a problemas que no figuraban, ni mucho menos, entre las más disparatadas expectativas imaginables.
Mientras, la gira de promoción de los ganadores del Premio Planeta sigue saltando de ciudad en ciudad y la vida continúa a su alrededor: su hijo se presenta con una novia de la que Pilar solo tenía sospechas de su existencia – lo que le recuerda que ya es adulto y que pronto vivirá su propia vida-, en su entorno se forman parejas que ella jamás hubiese imaginado, y junto a los fieles amigos y amigas de toda la vida, que también van apareciendo en el relato, surgen nuevas amistades y alianzas.
Finalmente, y tras crear una sofisticada red de ayuda para dar con el paradero de Sébastien, llegan noticias de Francia: la publicación de su libro empieza a destapar allí la caja de Pandora.
De repente todo parece volvérsele en contra, y Pilar se verá obligada a hacer frente a un nuevo y grave escollo que amenaza con arrebatarle la mismísima adjudicación del premio y, por extensión, poner en entredicho toda su carrera.
Cuando todo parece perdido, el amor vuelve aparecer. Pero este nuevo capítulo de pasión le planteará una dura disyuntiva de cuya elección dependerá el resto de su vida. Pilar se debatirá entre dos caminos opuestos, caminando por la estrecha línea que separa la felicidad más sublime del más absoluto de los abismos. Solo la persistente fidelidad a sí misma y una inesperada vuelta del destino pueden salvarla del desastre…
LA OBRA
Nomeolvides es un relato escrito con un desbordante sentido del humor que trata de temas tan serios como la soledad, el inevitable paso del tiempo, la búsqueda de la eterna juventud, los amores contrariados, el valor de la amistad o la enternecedora necesidad, tan humana, de sentirnos queridos.
El tono, ameno y cómplice, engancha desde el mismo comienzo a lectoras y, sin duda, lectores, de todas las edades.
Pilar Eyre retoma el relato y los personajes reales de su anterior novela Mi color favorito es verte, para proseguir con una historia que ella siempre ha sentido que iba a tener continuación. Si en la anterior novela finalista del Planeta el porcentaje de verdad y ficción era respectivamente de un 98 a un 2 por ciento, cabe preguntarse qué proporción de realidad y de ficción contiene su continuación Nomeolvides; pero, en cualquier caso, se trata de una narración que está llena de verdad.
La verosimilitud de las situaciones y de los personajes -prácticamente todos son reales- apuntan a que la autora nuevamente ha volcado toda su experiencia personal y su entorno conocido en esta nueva historia.
Otra de las cosas que llaman la atención es la extraordinaria capacidad de distanciamiento de la autora para reírse de sí misma: la utilización del humor es una constante. La novela provoca la sonrisa y, a menudo, también la carcajada, a lo largo de cada una de sus páginas; además, este recurso le permite presentar, con autenticidad pero sin dramatismos, la parte menos grata de la vida -los problemas, los tropiezos, los desamores, las traiciones-, lo cual consigue hacer de ella no solo una novela divertida, sino también un relato totalmente cercano.
A pesar de que el entorno, los personajes y las situaciones sean muy personales y por lo tanto únicos, la identificación con el relato se produce en el lector de manera inevitable.
Esto sucede en gran medida porque las emociones ocupan una parte importante en esta historia tan escrita con el corazón como exenta de sensiblería. Pilar Eyre hace una magistral descripción de sentimientos: la soledad absoluta, el dolor de amar a alguien a quien no puedes tener, la sensación de fracaso, la necesidad, tan propia del mundo femenino, de sentirse querida, la decepción amorosa, el hecho de envejecer, los celos que puede sentir una madre ante la novia del hijo… pero también la cara buena de la existencia: la alegría de vivir, la auténtica pasión amorosa, el reconocimiento profesional, el cariño incondicional de los que nos quieren o el apoyo de los amigos, tanto en las buenas como en las malas.
Todo ello hace de Nomeolvides un libro sumamente cómplice de las mujeres, como también de aquellos hombres lo suficientemente inteligentes para comprender la riqueza del mundo femenino.
LOS PERSONAJES
Son muchos los que desfilan por las páginas, todos o casi todos reales, como ya se ha mencionado, en lo que quizá puede ser un pequeño homenaje a esos amigos y amigas «de toda la vida». Periodistas, escritores, gente del mundo editorial y también personajes anónimos, se «cuelan» en el relato, siempre muy oportunamente, para darle color y una buena dosis de realismo.
A pesar del tratamiento que les da la autora, a menudo entrañable y hasta tierno, todos están retratados tal y como son, con esas características que los convierten en seres únicos, sin exceptuar los defectos que les hacen aún más humanos (y, seguramente, también más queridos). Los personajes de Nomeolvides están, pues, exentos de edulcorante y, por tanto, de todo artificio.
Lo mismo se puede decir del personaje central, la propia autora. Su protagonismo, lejos de ser un ejercicio de vanidad, es un testimonio de autenticidad y de humildad bien entendida. Pilar Eyre se presenta a cara descubierta, con valentía y sinceridad; sin ahorrar detalles o sentimientos que, ciertamente, pudieran calificarse de íntimos; sin omitir sus flaquezas, sin maquillar sus sentimientos.
La fantástica utilización del humor termina por echar abajo cualquier posible resto de reticencia o prejuicio. Pilar Eyre no solo tiene la inteligencia de reírse de sí misma, sino que en Nomeolvides invita a los lectores a reírse con ella para practicar el sano ejercicio de quitarle hierro a la vida y hacerle frente venga como venga.