EL CORTITO DE KARADAGIÁN

David Gistau: «La progresía ha perdido la capacidad de decretar lo que está bien y lo que está mal»

‘Golpes bajos' es una novela de los bajos fondos, que mira de reojo a los novelistas americanos que Gistau venera como Budd Schulberg

El periodista madrileño David Gistau falleció el domingo 9 de febrero de 2020 en Madrid.

En noviembre de 2019, practicando boxeo que era una de sus muchas pasiones, había sufrido una lesión cerebral. Tenía 49 años, estaba casado y tenía cuatro hijos.

LA PROGRESÍA

En la Transición surgió un nuevo catecismo social de lo que debía ser el nuevo español.

Lo redactó la progresía española, donde había curas como Jesús Aguirre y otros que se quedaron a medio camino como Juan Luis Cebrián, todos con madera de predicadores, y allí se decidió que el boxeo no podía ser una pasión en la nueva era democrática.

Esa pedagogía la llevó a cabo el diario El País, como recuerda David Gistau (Madrid, 1970), autor de ‘Golpes bajos’:

«No es solo que en el libro de estilo del periódico se prohibiera hablar de boxeo, es que se alentaba a que se dieran noticias negativas sobre el deporte. ‘Si un tipo se cae muerto en un ring, cuéntelo usted'».

Pero ahora algo ha cambiado porque el boxeo ha entrado en los gimnasios pijos.

«Hace unos meses, en un anuncio de detergente vi que un niño se había manchado la camiseta boxeando en su jardín. Si para vender detergente usan boxeo es que no está tan mal visto. De repente, esto mola. Ha salido del gueto».

Y Gistau se alegra porque «la progresía ha perdido la capacidad de decretar lo que está bien y lo que está mal, la hegemonía cultural impuesta por la socialdemocracia se está derrumbando».

Gistau empezó a boxear de jovencito con unos amigos del barrio.

Lo dejó durante años y hace cinco años volvió a esos gimnasios la música de fondo es ruido seco de los golpes al saco.

A David el boxear le ayuda a postergar «la idea de que la vejez ya está aquí al lado».

Se lo debe a Jero García, su entrenador, un ex boxeador profesional y amigo suyo.

‘Golpes bajos’ es una novela de los bajos fondos, que mira de reojo a novelistas americanos que Gistau venera como Budd Schulberg, guionista de Más dura será la caída o La Ley del silencio. ¿Por qué la novela y no el género periodístico? «El periodismo no te permite mentir. La novela te lo exige», responde Gistau .

El columnista confiesa haber disfrutado escribiendo ‘Golpes bajos’ porque en la novela lo importante no es la pirotecnia verbal de la columna, el fogonazo, sino la trama, los ambientes y personajes. Llegó un momento en el que le pareció estar escribiendo un episodio de ‘Ray Donovan’.

‘Golpes bajos’ sale airosa en ese reto de homenajear a la época dorada norteamericana de los pesos pesados, el Madison Square Garden y Norman Mailer, el tiempo que le habría gustado vivir a Gistau, desde la ‘cutrez’ pequeñita de Madrid.

«Pensé en qué pasaría si trasladara esa época al Madrid del siglo XXI con sus cutreces. Es una novela de doble trama de gánsteres por una parte y otra de un montaje sentimental de una vieja estrella que para volver a las portadas de las revistas se inventa un noviazgo con un boxeador».

A diferencia de los prosistas cipotudos (Jabois, Amón, Bustos, Lucas) Gistau no tiene los pies en Twitter sino en el asfalto de las calles de los barrios marginales de Madrid que ha conocido gracias al boxeo.

En ‘Golpes Bajos’ la M-30 es una muralla entre territorios desconocidos, entre el suburbio y el barrio pijo. ¿Qué pasa cuando esos mundos eclosionan?

La respuesta está en ‘Golpes Bajos’, una novela que vive a unas pocas paradas de metro de una realidad que nos resultaría inverosímil.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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