Las diferentes etapas del tango desde 1860 hasta la actualidad compondrán el eje del espectáculo que ofrecerá hoy Ballet Argentino, en el marco del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, a través del que hará un repaso a este baile popular de burdel, salón y calle.
La obra, dividida en cinco escenas, cuenta con la participación de una orquesta en vivo de cinco músicos, una cantante y artistas, que cuentan la historia del tango desde la llegada de los inmigrantes a Argentina hasta el tango electrónico, repasando cómo se bailaba en burdeles y salones, o su decadencia, ha dicho en rueda de prensa la primera bailarina Eleonora Cassano.
Para Cassano, la etapa más pura de cuantas se muestran en el espectáculo es la denominada «El tango en las calles», en la que, cuando todo parecía perdido, los acordes «inquietantes y geniales» de Astor Piazolla hicieron que las nuevas generaciones volvieran a identificarse con su ritmo y a imponerlo nuevamente en los sectores medios y altos de la sociedad.
«Es la etapa más identificativa y en parte una mirada un poco personal», ha señalado la bailarina, quien ha apuntado también que los temas que se cantan son «muy fuertes emocionalmente».
Ballet Argentino trata de demostrar «que se puede hacer tango con distintas músicas o estilos» y que se puede narrar una historia «sin estar encasquillado en lo que tal vez la gente en sí está acostumbrada a ver como tango fusión», ha dicho Cassano.
El espectáculo, que se representará en el Teatro del Generalife, en el recinto de la Alhambra; fue creado para el Festival de Verona (Italia) hace poco más de un año y, debido a su éxito, ya se ha mostrado en países como Finlandia, Colombia, Italia, Paraguay, Uruguay o la propia Argentina.
La artista ha hecho un repaso a la historia de la compañía, que ya actuó en Granada en 1998 con motivo del centenario del nacimiento de Federico García Lorca, y ha asegurado que el ballet clásico se fusiona con otros espectáculos «todo el tiempo», por lo que se trata de una «fusión constante».
Ha asegurado que la compañía ha ido cambiando «bastante» dependiendo del requerimiento del público en general y de los distintos países donde han actuado, en los que les han demostrado que «no hay tanto interés por las obras netamente clásicas».
«Las obras clásicas hay que dejárselas más a compañías que son grandes», ha señalado Cassano, quien ha valorado el hecho de que exista distinta oferta y demanda para los espectadores.
