Mercé echa de menos personalidad en el flamenco porque «todo es muy mecánico»

Mercé echa de menos personalidad en el flamenco porque "todo es muy mecánico"

El cantaor jerezano José Mercé, durante su participación anoche en el XIX Concurso Nacional de Arte Flamenco en Córdoba. EFE

EFE/Archivo

De la dignidad en el flamenco, ahora que ha sido reconocido patrimonio inmaterial de la Unesco, sabe mucho José Mercé que aprendió de los grandes maestros, como Antonio Gades, una personalidad y un saber estar en los tablaos que el jerezano echa de menos en estos tiempos donde «todo es muy mecánico».

Y es que Mercé, se mire por donde se mire, es un gran artista no sólo encima de un escenario, sino también cuando se baja de él y empieza a repartir simpatía y buenos modos a todo aquel que se le cruza.

«Parece que saludar es una horterada para la gente joven, algo que no se lleva. Con Antonio Gades teníamos una disciplina en el escenario y el saludo era un número más. Había que saber caminar, andar hacia atrás y no dar la espalda a un señor que está sentado. Ahora los jóvenes salen al teatro como les da la gana», dice entre risas José Mercé quien, sin embargo, lamenta que esa disciplina se haya perdido.

Pero no sólo esto. También echa de menos las «personalidades grandiosas» de los maestros del flamenco, como Antonio Gades, Pilar López, Matilde del Coral, Rafael «El Negro», «Farruco», «El Sorderita», «El Terremoto», Antonio Mairena y otros muchos.

«Hoy en día hay muchos bailaores y cantaores buenos, pero me parece que todo es muy mecánico y muy montado. Antes era otra historia, la forma de sentir era muy distinta», asegura Mercé en una entrevista con Efe en Córdoba, y añade que las «grandes personalidades» del flamenco «se han acabado».

«Quizás todo se deba a los tiempos. Hoy se pasa menos fatigas, se vive muy cómodo, la capa de ozono está muy mal, la crisis también, las comidas son más ‘light’ y todo esto influye», dice Mercé, que siempre termina sus reflexiones con una sonrisa, como para quitar hierro al asunto.

Igual que cuando sostiene que con la declaración del flamenco como patrimonio inmaterial parece que se les ha dado el «carné de profesional» a los flamencos, con lo «marginados que han estado», añade.

De hecho, este reconocimiento debe de ser para los grandes maestros que han pasado «fatigas y que han tenido que buscarse la vida esperando a los señoritos de turno para ganarse las habichuelas. Ellos sí que han dignificado al flamenco», dice Mercé, quien asevera que los cantaores de su época lo han tenido más fácil gracias al trabajo previo de los grandes maestros.

Por eso, al cantaor jerezano le molesta que haya jóvenes que cuando escuchan a artistas como Aurelio Selles se rían. «Algo que no entiendo», dice, ya que aunque sostiene que él es el primero en hacer un flamenco «abierto», «lo primero es respetar a los maestros, aprenderse los cantes básicos y respetar la raíz para luego, con tu personalidad, hacer lo que te dé la real gana».

Así, defiende la necesidad de que los niños aprendan el flamenco en las escuelas, porque es parte de la cultura andaluza y española.

Preguntado sobre si se considera o no un cantaor de gitanos, José Mercé asegura que es un artista de todas la razas, «gitanos, negros, blanco, amarillos, azules y verdes».

«El flamenco es una música de raíz del pueblo y para el mundo. A mí las razas me dan igual. Lo mismo fumo negro que rubio», y vuelve a sonreír.

Sobre su futuro, el jerezano sostiene que le gusta vivir el momento y el día a día, por lo que está concentrado en la gira de su último disco, «Ruido», que anoche le llevó a actuar como invitado en el XIX Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, que ganó hace 24 años, mientras que hoy lo hará en Londres para seguir el camino de la dignidad del flamenco que le marcaron los grandes de este arte.

Gorka Ruiz

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