El músico español El Guincho encandiló al público de Bangkok con un concierto en el interpretó un collage de melodías de iconos como Mecano o David Bowie con ritmos pop y electrónicos de sabor canario.
El Guincho, nombre artístico del canario Pablo Díaz-Reixa, hizo saltar durante más de una hora a las personas que abarrotaban anoche la sala 808 Club en la capital tailandesa, donde llegó procedente de Etiopía antes de proseguir su gira por Vietnam y Australia.
El canario de 26 años, voz, caja de ritmos y teclado, se ha traído para esta gira al bajista Aleix Clavera, que también se encarga del sampler, y al guitarrista Borja Rosal, ambos integrantes del grupo Extraperlo.
Interpretaron temas de su último disco, «Pop negro» (2010), donde la guitarra y el bajo conviven con los ritmos electrónicos, así como de sus otros trabajos «Folías» (2006) y «Alegranza» (2007), con el que popularizó los sonidos tropicales y africanos.
El músico canario, que define su obra como «pop no convencional, con estructuras complicadas, estribillos y ritmos fuertes», se atreve a reinventar desde la música del brasileño Caetano Veloso hasta Michael Jackson o el británico Trevor Charles Horn.
«Lo que hago es mezclar melodías de otros grupos y, sobre esa base, creo mis propios ritmos con sonidos electrónicos y acústicos», explicó a Efe el cantante de Las Palmas de Gran Canaria.
El Guincho, recomendado por los críticos del «Washington Post» y de la influyente web norteamericana «Pitchfork» tras su segundo disco, recibió a principios de noviembre el galardón «Ojo Crítico» de RNE por la «singularidad» y «creatividad» de su música.
«El premio me hizo ilusión ya que en ‘Pop Negro’ hago un homenaje a los años dorados de la radio en los años 40», afirmó el cantante, que ha logrado una gran repercusión dentro y fuera de España.
El canario se encerró en el estudio Planet Rock de Berlín para encargarse de la producción íntegra de su último trabajo, un experimento sonoro difícil de catalogar.
Hasta su último disco, El Guincho se escuchaba más en el mundo anglosajón, particularmente en Australia, Estados Unidos e Inglaterra.
«Sobre todo en Australia -apuntó Díaz-Reixa-, donde ‘Alegranza’ cayó en gracia en la cadena ABC y nuestra música llegó a un público de todo tipo, desde los más jóvenes hasta las personas mayores».
Sin embargo, no se plantea cantar en inglés y sus melodías siempre buscan inspiración en las Islas Canarias, donde se crío aunque ahora reside en Barcelona.
Su música está llena de nombres de influencias isleñas como «kalise», «palmitos park», «alegranza» o «folías», así como sonidos del folclore canario como «Los Gofiones» o «Los Sabandeños».
Su nombre artístico, El Guincho, se refiere a un pájaro en peligro de extinción cuyo hábitat se encuentra en Macaronesia, que incluye los archipiélagos de Azores, Canarias, Cabo Verde, Madeira e Islas Salvajes.
«Me identifiqué mucho con esta especie al iniciar mi carrera en solitario porque es un ave muy independiente que sale sola a pescar en el océano», apuntó el músico.
El Guincho defendió la mezcla de canciones por medio del sampler, «algo que se ha estado haciendo desde hace treinta años, pero que según la obsoleta legislación actual es ilegal», lamentó.
«El collage fue entendido muy pronto en las artes plásticas, mientras que el sampler ni siquiera se considera un instrumento musical y sigue siendo una forma radical de hacer música», agregó el español.
Antes de iniciar su carrera en solitario, Díaz-Reixa fue el batería de la banda Coconot y colaboró con otros grupos como La Orquesta de la Muerte.
Esta noche y mañana, El Guincho actuará en Hanoi y Ho Chi Minh (antigua Saigón) y, tras tres días de descanso, iniciará una gira por las principales ciudades de Australia que finalizará el 21 de diciembre.
Gaspar Ruiz-Canela
