Los Chikos del Maiz: «No ser antisistema en estos tiempos es inmoral»

MADRID, 17 (EUROPA PRESS – Miguel Martorell)

Esta pareja de MC’s valencianos lleva varios años haciendo ruido en la escena del hip-hop underground. Ahora presentan ‘Pasión de talibanes’, su primer disco de estudio, corrosivo y polémico como sus anteriores maquetas. Un álbum incendiario y provocativo que engarza a la perfección con los tiempos de convulsión social que vivimos.

Reunión en la discográfica BOA antes de la entrevista concertada con Europa Press. Nega y Toni se sientan con la plana mayor del sello. «Es una reunión para tratar ciertos puntos de consenso», explican en la discográfica.

BOA cumple la mayoría de edad lanzando a la calle uno de los discos de rap español más polémicos de los últimos años. Y lo saben. De ahí que hayan consultado con su equipo legal cualquier tipo de problema que pueda surgir.

Pero esto es BOA, la distribuidora de Soziedad Alkoholika y Manolo Kabezabolo, entre muchos otros. «Nosotros no somos censores, somos un sello de rap» y son conscientes de que ese estilo, a veces, debe ir acompañado de una acción: contracultura.

Porque eso es ‘Pasión de talibanes’, un disco crudo, ácido, muy duro. Podríamos citar algunos de sus versos, pero sería descontextualizarnos, extraerlos de un todo que debe entenderse como humor negro y provocación. ¿No trata de eso en parte la música?

«El arte por el arte no existe, el artista no debe reflejar únicamente la realidad, sino que debe intentar transformarla», argumentan los valencianos citando a Bertolt Brecht. Ambos reconocen la valentía del sello a la hora de publicarles.

Los Chikos del Maiz acudieron a BOA con un proyecto casi cerrado y la discográfica decidió apostar por ellos. ¿Se ha suavizado el mensaje? ¿Les han domesticado? La respuesta es no, claramente. Un pequeño botón de muestra es su single, lo más light de su disco.

«Asumimos los riesgos de posicionarnos», señala Toni, en referencia a posibles demandas -ya mantuvieron un litigio con la AVT y el PP el año pasado. «La política es conflicto y polémica», añade Nega.

«Si hablaramos del tamaño de nuestros penes no habría conflicto y la gente no se llevaría las manos a la cabeza; pero es un disco de política y va a generar polémica», sostienen, al tiempo que señalan: «Cuando escribes una letra hay que saber respaldarla».

En cualquier caso, ellos no consideran que alguna de las 17 canciones que se incluyen en ‘Pasión de talibanes’ sean peor que las «barbaridades» que dicen «algunos medios de la derecha día y noche», que la Real Academia de la Historia diga que Franco no fue «totalitario» o que partidos «con discursos abiertamente racistas y xenófobos se presenten a las elecciones».

Ellos admiten su «responsabilidad» como músicos: «Cuando un chaval se me acerca y me pide que le recomiende algún libro es cuando siento que he hecho algo positivo y gratificante, eso es por lo que tengo un grupo».

Sin embargo, rechazan que se «mate al mensajero». «La gente tiene que tener sus propias ideas, no pretendemos ser su ideología, no pretendemos decirles lo que tienen que hacer», sostienen estos defensores de que el arte huya «de la frivolidad».

«No hay arte apolítico», dicen. «La música frívola o inocua no deja de ser ideológica porque está sosteniendo el orden existente y dando por hecho que lo que tenemos es lo válido. Divertirse es estar de acuerdo. El arte por el arte aunque no se crea ideológico sí que lo es».

LA SORPRESA DEL 15M

Al ser el rap un género muy basado en la actualidad -en su caso salpicado de referencias literarias, cinematográficas y musicales- ‘Pasión de talibanes’, publicado a mediados de mayo, se ha visto superado por los acontecimientos del 15M, que contradice aquello de que en España solo se sale a la calle a hacer botellón o a celebrar una victoria de fútbol.

«Es positivo que se hable de política y se recuperen las asambleas. Que un mecánico se ponga a hablar para 3.000 personas, eso es hacer ciudadanía», sostienen dos MC’s que se consideran «de la izquierda transformadora» más que radical, aunque este término se refiera a «aquel que va a la raíz del problema», como decía Marx.

En definitiva, dos ‘rojos’ consecuencia del sistema que les ha tocado vivir. «No ser antisistema en estos tiempos es inmoral. Como no voy a ir contra un sistema que permite que un padre de familia se quede de patitas en la calle porque no puede pagar la letra del banco cuando hay miles de viviendas vacías en España, eso es violencia».

«No es que no quiera el sistema, es que no quiero este sistema», sentencian, añadiendo: «Yo soy demócrata, el sistema es el que no lo es». «Democracia no es votar cada cuatro años y después que hagan lo que quieran; la democracia es la participación del pueblo».

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