Mucho antes que los disqueros, fue el primero al que escuché una advertencia sobre el "gratis total" que traía Internet
Arranca Diego E. Manrique, crítico fino donde los haya, afirmando que hay mucho de admirable en la trayectoria de Eduardo Teddy Bautista.
Y añade después en el largo perfil que le dedica este 2 de julio de 2011 en ‘El País’ -un día después de la detención de Teddy Bautista- que aquellos que se sienten encajonados por una opción profesional, los que deben seguir los carriles laborales, no pueden evitar envidiar a alguien que se reinventa a los treinta y tantos años.
Hasta entonces, y esto suele olvidarse, Teddy fue uno de los músicos esenciales del pop español, con una discografía que tocaba el beat, el soul (ahí alcanzó su apoteosis), el jazz-rock, el rock progresivo y el AOR.
Era el hombre de los teclados de última generación, producía a otros artistas, hizo cine y se implicó en los primeros musicales estrenados en España. En términos deportivos, encarnaba al MVP, el Most Valued Player.
Así que sorprendió mucho cuando abandonó la música -aunque todavía publicaría discretamente algo de electrónica vanguardista- para entrar en algo que no sabíamos muy bien qué era: la SGAE.
La Sociedad General de Autores de España parecía enquistada en el mundillo franquista del teatro, la zarzuela y la copla. Así que aquella conquista se vivió como una victoria de los buenos, las fuerzas de la cultura progresista en ascenso.
Teddy, que había vivido en Estados Unidos y algo conocía del funcionamiento de sociedades de gestión como BMI y ASCAP, comprendió que la SGAE era una máquina anticuada de recoger y repartir dinero.
Sin descuidar el teatro y el cine, había que volcar recursos en la explotación de la música popular. De ahí que, en un alarde de sindicalismo vertical, transformara la SGAE en Sociedad General de Autores y Editores: por su propio interés, debían convivir en un mismo techo las ovejas, los lobos y los pastores.
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UNA EX ESPOSA EN LA INDIGENCIA
Se casaron en octubre de 1982 en la iglesia de San Antonio de la Florida, ella con sus 17 años disimulando su embarazo bajo un traje y abrigo largos de raso blanco, el de esmoquin con pajarita rosa, como reza la crónica social publicada entonces por ABC.
Hablamos del actual presidente de la SGAE, Teddy Bautista y de Paloma Siles, la mujer que actualmente vive en las calles de Madrid mendigando con su guitarra y rodeada de perros porque no puede sobrevivir con los 350 euros que le pasa su ex.
La historia, que no puede ser más triste y dura, ha sido difundida por el programa Tal cual de Antena 3 y recogida también por El Mundo.
Paloma compartió tres años de su vida con el que fuera el líder de Los Canarios. Medio año después de la boda fueron padres de una hija, Yaiza. Luego se torció su vida, pasando por una larga etapa de drogadicción aunque ahora dice estar «limpia».
Paloma compartió muchos éxitos con Teddy, compuso canciones, estuvo de gira con el musical Jesucristo Superstar y, según contó este miércoles en televisión, a su regreso se dio cuenta de que su marido le había sido infiel y le tenía preparada una encerrona para separarse de ella sin dejarle nada.
Paloma está pasando un auténtico calvario y parece que no se atreve a ponerle todos los nombres a su delicada historia.
Así, en sus declaraciones dice que Ana Belén la humilló de forma terrible durante una cena a la que también asistía Víctor Manuel, además del Luis Eduardo Aute y su mujer, que fue quien la acompañó al baño para consolarla. Pero deja en el aire en qué consistió la humillación.
Deja caer además que la persona con la que le engañó su marido es muy importante, muy famosa, pero no da más datos y en el plató de Antena 3 tampoco se atreven a ponerle cara si no es ella quien suelta prenda. Sí se queja de que personas como Kako Senante, «que siempre estaba comiendo en casa» ahora le niega hasta una «papa arrugá».
Lo que más le duele a Paloma es estar separada de su hija y que ésta, que tras un tiempo fuera de España vive ahora con Teddy, su segunda mujer y sus dos hermanastros «se avergüenza de mi».
En cuanto a las compensaciones que debería recibir de la SGAE que preside su ex marido por las canciones que compuso en su época, Paloma niega que la paguen aunque El Mundo asegura que sí recibe este dinero pero que no lo administra convenientemente.
Quién hasta ahora no ha querido responder a ninguna pregunta es Bautista, el «defensor de los autores», que pasa el fin de semana en el calabozo.