Cuesta creerlo, pero siguen en activo y en buena forma, desatando la fiebre disco allá por donde pasan. Son los estadounidenses del grupo Kool and the gang, iconos de una era musical, que esta noche ofrecieron un recital con sus temas clásicos en el escenario Puerta del Ángel, del festival Los Veranos de la Villa, en Madrid.
Soul, rhythm and blues, funky, mucho disco e incluso algo de reggae han sonado a través de los instrumentos de esta longeva banda, en un animado concierto, donde el aforo de 3.000 personas estaba casi completo.
Tras un pequeño y bien recibido homenaje a Michael Jackson, el espectáculo, con todos sus protagonistas vestidos de un llamativo blanco a excepción del carismático Robert «Kool» Bell -que iba de negro-, ha empezado algo débil, con un himno como «Fresh», que no ha lucido con el esplendor que merecía.
Sin embargo, a través de éxitos como «Joanna», «Emergency» o «Too Hot», los miembros clásicos -como el propio Robert Bell o el trombón Clifford Williams- junto a los últimos fichajes, han ido cogiendo carrerilla hasta llegar a un segundo y memorable acto de corte funky, que ha constatado que la esencia de la banda permanece.
Así, con temas de su etapa setentera como «Hollywood Swinging» o «Jungle Boogie», junto a memorables solos de trombón, bajo, teclado o saxofón, Kool and the gang han acabado por seducir a un público que, aunque sin excesos, se ha entregado a corear y bailar las distintas canciones, tanto desde el foso como desde las butacas.
Es importante insistir en esos solos que han ofrecido los distintos músicos, ya que han servido para dejar claro que, aunque Robert «Kool» Bell lidere el grupo, en esta uniforme y bien compensada banda, todos los componentes son protagonistas y nadie es más significativo que el resto.
Tras el recital funky, han llegado temas como «Open Sesame» de la película «Fiebre del sábado noche» -con guiño a Tony Manero incluido por parte de uno de los vocalistas- o «Summer Madness», esta tema ya enmarcado en un sonido más jazz.
Otro aspecto destacable ha sido lo participativo del espectáculo, donde en todo momento, los dos vocalistas han animado a los asistentes, demandando gritos, palmas, bailes e incluso han llegado a acercar uno de los micrófonos a un espectador, para que por un segundo se sintiera parte de la banda.
Asimismo, los juegos de luces, fundamentales si se pretende movilizar al máximo posible a los asistentes, han jugado un papel muy activo, con colores muy intensos, que han acentuado cada canción, como «Too Hot», donde un naranja muy puro ha bañado todo el escenario para transmitir ese calor del que habla la letra.
Con el público ya plenamente conquistado, la música disco ha vuelto a ser la protagonista, en un tercer acto centrado en los años ochenta, y en el que han lucido con fuerza canciones como «Cherish», «Take my heart», «Ladies Night» y, especialmente, «Get down on it», un tema que ha supuesto la cumbre del concierto.
El fin de fiesta ha llegado, como no podía ser de otra forma, con «Celebration», el hit más popular de Kool and the gang y que ha sido coreado por la casi totalidad de sus seguidores, que se han mostrado satisfechos con las casi dos horas de música en directo.
Es cierto que apenas quedan miembros de la formación original, pero los que permanecen no han perdido un ápice de energía, y las incorporaciones, como el increíble saxofonista L.T. Taylor, son unos dignísimos sustitutos, que permiten que un directo de Kool and the gang sea un espectáculo al que todavía merezca la pena acudir.
