Quincy Jones y Global Gumbo hacen vibrar a Peralada

Quincy Jones y Global Gumbo hacen vibrar a Peralada

El músico y compositor estadounidense Quincy Jones durante el concierto de la vigésimo quinta edición del Festival de Peralada (Gerona). EFE

EFE/Archivo

El casi octogenario Quincy Jones ha hecho vibrar al público del festival del Castillo de Peralada con un único concierto en España en el que ha logrado subir a un mismo escenario a nueve prodigiosos artistas entre los que se encontraban Antonio Carmona y una joven promesa catalana de 16 años, Andrea Motis.

Con 27 premios Grammy en su palmarés y hasta siete nominaciones a los Oscar, la de Quincy Delight Jones Jr. y su Global Gumbo All Star -una banda global de nuevos y consolidados talentos- era una de las actuaciones más esperadas en este 25 aniversario del festival del Castillo de Peralada y no ha dejado ninguna duda de por qué.

«Espectacular», «Alucinante» o «Sorprendente» son algunos de los adjetivos que utilizaba el público a la salida del concierto, que tras casi dos horas de jazz, bossa nova, flamenco, rumba y hasta salsa, ha conseguido levantar y hacer a bailar y cantar «Guantanamera» a todo el público.

El músico, compositor, arreglista, director y productor musical de 78 años no ha cantado ninguna de las canciones, ni ha deleitado tocando ningún instrumento. Simplemente se ha limitado a ser el presentador y maestro de ceremonias de su Global Gumbo, a los que ha calificado como «el grupo de gente con más talento que conozco en el mundo».

Jones ha explicado en Peralada que el gumbo es un plato típico de Louisiana que mezcla productos de mar y montaña y que por eso su espectáculo, que «es el sueño y el deseo de toda su vida», pretende también reunir a lo mejor de la música para que de su combinación surja algo especial e irrepetible. Y lo ha conseguido.

La velada ha comenzado con intenso sabor cubano, el Alfredo Rodríguez Trio, formado por el cubano Rodríguez al piano, su compatriota Francisco Mela -al que Jones no ha dejado de llamar «Francesca»- en la batería, y el búlgaro Peter Slavov en el contrabajo.

Tras una vibrante introducción en clave de jazz, ha irrumpido en el escenario Omar Bashir, un músico iraquí que domina el Ut, un instrumento parecido a la guitarra que dio origen al laúd europeo y que está en las raíces más profundas del flamenco, tal como ha demostrado en su dúo con el exvocalista de Ketama, Antonio Carmona.

No ha tardado en aparecer uno de los invitados autóctonos de la velada, ya que la Global Gumbo All Stars siempre incorpora variaciones en función del país que visita: la joven catalana de 16 años Andrea Motis, solista, trompetista y saxofonista, que ha entrado en el escenario como una tímida adolescente y ha salido del mismo como una consagrada artista.

A pesar de su juventud, la banda de Jones aún tenía una estrella más joven, la virtuosa pianista de tan solo nueve años Emily Bear, que, además de sorprender con una composición propia y única para este concierto llamada «Peralada», ha tocado «La Chica de Ipanema» a trío con Motis y con otra de las grandes estrellas de la noche: la contrabajista Esperanza Espalding, último premio Grammy a Artista Revelación.

También ha sorprendido la actuación del artista de Benín Lionel Loueké, que parecía utilizar su guitarra como instrumento de cuerda y de percusión en uno.

Carmona, el otro invitado como artista nacional, se ha hecho esperar como solista hasta el final del concierto, aunque ha conseguido poner el ritmo final a la noche y lograr sacar a toda la Global Gumbo Band sobre el escenario y levantar al público de sus asientos.

«Esta noche estoy en el cielo (en referencia a Peralada), y aquí está Dios», ha dicho el artista de Jones, que ha seguido atentamente y con el orgullo propio de un mentor las actuaciones de toda la banda.

Aunque no ha tocado ningún instrumento – exceptuando unos tímidos toques al cajón de Carmona a última hora- Jones ha bailado «Guantanamera» y la última canción improvisada a ritmo de salsa por su banda, mientras daba las gracias en su mejor castellano.

Y es que según este consagrado artista, que también ha sido productor de algunos de los mayores éxitos de Michael Jackson: allá donde uno vaya, «hay que comer lo que coman, escuchar la música local y aprender unas 30-40 palabras del idioma que se hable».

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