Tras cuatro días de música en directo, Amaral despide esta noche el festival burgalés Sonorama, cuyo director, Javier Ajenjo, ha solicitado en rueda de prensa a las administraciones mayor compromiso con un evento que genera «cientos de miles de euros» en la zona.
«Es importante que todos seamos conscientes de su repercusión», ha dicho haciendo un llamamiento a la Junta de Castilla y León y al ayuntamiento de Aranda de Duero, a los que ha pedido que tomen conciencia de la magnitud que ha alcanzado esta edición, a la que considera «un punto de inflexión».
Emocionado y casi sin voz, Ajenjo ha repasado las cifras de un año en el que se han agotado los 8.000 abonos que salieron a la venta, cifra que se ha comprometido a no aumentar en futuras ocasiones, puesto que quieren seguir promoviendo «un festival para la gente» donde pueda «cantar, saltar y emocionarse».
Con un presupuesto de 1,2 millones de euros, del que sólo 67.000 provienen de las administraciones públicas, el máximo responsable del festival ha calculado el impacto en la zona por encima del millón y medio de euros.
Respecto a lo acontecido en los últimos cuatro días, Javier Ajenjo ha destacado los conciertos celebrados en el centro histórico de Aranda de Duero, así como la carpa Future Stars, por donde han pasado nuevos talentos de la música independiente.
«No ha sido un cartel como el del año pasado -ha señalado recordando las ausencias de Love of Lesbian, Los Planetas o Vetusta Morla-, pero hemos demostrado una fuerza más allá de quien venga, hemos creado una marca».
«Hemos conseguido que se conozca Aranda y nos sentimos muy orgullosos de ello», ha concluido.
