Leo Bassi y Patch Adams exportarán sus «armas de diversión masiva» a Palestina

Artistas como Leo Bassi, Patch Adams y Peter Punk exportarán a Palestina sus «armas de diversión masiva» durante el primer Festiclown en la región, que comenzará este jueves en Nablus y se prolongará hasta el 15 de septiembre. «Espero que durante el festival los únicos muertos que haya en Palestina sean muertos de risa», ha subrayado su director, Iván Prado, en rueda de prensa.

Organizado por la asociación cultural y de cooperación internacional Pallasos en Rebeldía, y con la colaboración de instituciones españolas y palestinas, el Festiclown Palestine aunará circo y risoterapia durante quince días de gira por Nablus, Jerusalén y Ramallah y campos de refugiados.

Según Iván Prado, fundador de Pallasos en Rebeldía, el festival nace con vocación de futuro, con el fin de contribuir a una «resolución creativa» del conflicto entre Israel y Palestina. «Aunque políticamente les cueste, espero que Israel nos deje entrar en Palestina y realizar nuestra labor», ha añadido el cómico, quien ha intervenido en la rueda desde Jerusalén a través del programa informático Skype.

A nivel internacional, el festival contará también con artistas como Circ Bover, Mago Teto o Kambahiota Tup y, a nivel local, con la participación entre otros de La Palestinian Circus School, que desde 2006 trabaja para desarrollar el potencial creativo de jóvenes palestinos y crear una nueva forma de expresión cultural o el circo de Nablus.

LA RISA COMO «DENOMINADOR COMUN»

Según Leo Bassi, presente en la rueda de prensa junto a Pepe Viyuela y un nutrido grupo de artistas vinculados al festival, el Festiclown forma parte del «sueño internacionalista» asociado al circo desde hace casi dos siglos. «Desde 1840, mi familia se ha dedicado al circo. Una de las cosas más importantes de este oficio es la idea de ser internacional. Un circo es el lugar donde todos los pueblos son amigos, comparten valores y la risa es el denominador común», ha indicado.

Asimismo, el humorista ha destacado la «gran tradición cómica» del pueblo judío, señalando que, en las últimas décadas, ha pasado de «ser un amigo», de ser «cosmopolita», a «encerrarse entre muros». «El Holocausto ha cambiado radicalmente el espíritu judío, pero ¿cómo es posible que ahora se les permita comportarse como lo hacen con el pueblo palestino? Llevaremos allí armas de diversión masiva», ha subrayado.

Por su parte, Pepe Viyuela, que no podrá viajar a Palestina debido a compromisos profesionales (regresa a Madrid con la obra teatral ‘El pisito’), ha explicado que «todo lo que un payaso tenga de necesario en el mundo se encuentra en este proyecto».

En su opinión, la sociedad civil debe «tomar partido» en la solución del conflicto palestino-israelí, ya que, dice, «los poderes económicos no tienen la voluntad» de arreglar las cosas. «Es la voluntad civil la que debe arreglarlo, para que Palestina ocupe lugar digno en el mundo, para que deje de ser el patio de atrás», ha concluido.

El proyecto, financiado casi en un 70 por ciento con actuaciones y charlas benéficas y en un 30 por AECID (Agencia Española para la Cooperación y el Desarrollo), nació del sueño de Iván Prado de organizar un «ejército de narices rojas» contra la ocupación militar israelí, todo ello «en defensa de la Humanidad» y con la risa como única arma.

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