Ellos no tienen acceso a los correos a no ser que se los envíe alguien...
El 1 de julio, a las 4 de la madrugada, José Luis Rodríguez Neri envió un SMS a Eduardo Bautista:
«Querido, le hemos barrido. A cada cerdo le llega su San Martín».
Como explica Jesús García Calero en ABC, acababan de terminar el recuento de unas elecciones llenas de trampas, un pucherazo perfecto que los agentes de la UCO de la GC, que investigaban los presuntos delitos económicos de los dirigentes de la entidad de gestión, no dudaron en incluir en el sumario.
Neri no podía imaginar que faltaban pocas horas para que la Guardia Civil le detuviese junto con Bautista y entrase a registrar la sede de la SGAE y de todas sus empresas.
En el detallado informe de la GC al que ABC ha tenido acceso, los miembros de la comisión electoral —encargada de velar por la limpieza del proceso— ven reflejadas sus palabras, acciones y omisiones orientadas casi siempre a evitar el juego limpio ante las urnas.
Bautista, Neri y sus empleados, en connivencia con Caco Senante y otros miembros de la candidatura oficialista CPAC, espiaron, entorpecieron e hicieron todo lo posible por denigrar al candidato de DOM, José Miguel Fernandez Sastrón.