'Lo Real/Le Réel/The Real' es arriesgado y por eso lo apoyamos. Le sobran minutos y frivolidades, y eso nos gusta menos
Israel Galván ha querido dar un triple salto en su brillante carrera. Va a cumplir 40 años y lleva 18 bailando profesionalmente. Su última propuesta es audaz, creativa y plena de sugerencias y hallazgos. Es también caótica y desigual, repetitiva a veces, inconexa, desarticulada. Es un espectáculo excepcional que podría optar con posibilidades a un nóbel del espectáculo, si existiera un galardón global anual.
Pretende expresar corporalmente una papilla intelectual indigesta, pero en tamaña osadía no se rompe la crisma: sobrevive en base a una recreación musical extraordinaria, a una deconstrucción del flamenco implacable y a un hacer del ruido, sonido y ritmo como no se ha visto a nadie hasta ahora. Rompe todos los esquemas, provoca con traviesa alevosía y despliega innovaciones como una máquina. ‘Lo Real/Le Réel/The Real’ es arriesgado y por eso lo apoyamos rotundamente. Peca de extravagante y le sobran minutos y frivolidades, y eso nos gusta menos. Pero es de agradecer que queriendo contar una historia tan trágica no intente acongojarte. Tiene virtudes y pecados como la vida de cualquiera. Está vivo. Palpita desbocado.
Nos dice Pedro G. Romero, un artista intelectual bajo cuya influencia el coreógrafo y bailarín se ha colocado, que esta no es propiamente una obra con argumento. ‘Claro que suceden cosas, y muchas a la vez, apelando a distintos niveles de significación. Como las capas de una cebolla, los argumentos se van superponiendo más que sucediendo uno tras otro. Lo que sigue es entonces un programa, más que como una sucesión de acontecimientos, como una serie de preguntas que podemos hacernos mientras vemos lo que va apareciendo sobre el escenario’. ¡Y qué cebolla más gorda!: John Cage y Ligeti, ‘Hitler in my heart’ de Antony and The Johnsons, ‘Karawane’ de Hugo Ball y ‘La Gran Vía’ de Chueca y Valverde, Iannis Xenakis, Mario Maya, Nietzsche, Steve Reich, Paul Celan, Juan de Mairena, Ángel Guimerà, Pastora Imperio, Slavoj Žižek, el psicoanálisis y el tango, el hip-hop y el dadaísmo.
Si Galván ha sobrevivido a la sobredosis, es que puede con todo. Si ha sido capaz de sacar un guión musical de tan diversas influencias, y conjuntar las recreaciones de sus músicos y cantaores en esta prodigiosa banda sonora, es que lleva brújula. Si ha creado una coreografía original para representar este barullo telúrico en base a su nunca visto lenguaje corporal, si ha convertido a Isabel Bayón y Belén Maya en las más deconstruidas bailaoras de flamenco que se han visto en estos lares, es que tiene enjundia. Si todo ello resiste el gigantesco escenario del Teatro Real con parca escenografía, sencilla dramaturgia, escasa iluminación y vestuario de calle, es que hay duende, un duende vigoroso aunque lo domeñen con micrófonos, con apagones, con cartelones, con interminables chirridos de vigas metálicas, con cajas desperdigadas, pulular de apariciones, estruendos infinitos, e imágenes desgarbadas. Todo vale, todo aporta, todo provoca, todo roza lo insoportable para trascender de repente y en diversas ocasiones en climax de belleza imposible, de sacudida espiritual, de atónita revelación, los signos inequívocos de cuando en un espectáculo por muchos que sean sus fallos hay talento, hay audacia, hay creación y hay narices.
No vamos a hablar más. Entre lo mejor, sin duda los tangos griegos que baila Belén Maya con zuecos, la subida al proscenio de ‘Bobote’, la gracia de las camisetas y camisones de La Uchi, y esos músicos, ese saxofón, ese violín, ese piano. . Lo peor es esa referencia injusta y desagradecida al pasado español, ese himno en flauta de guasa, tres o cuatro estupideces que son concesiones espúreas a la banda de la ceja internacional. ‘Yo me crié con mi abuela gitana. Por la parte de mi madre, yo soy gitano. También su credo religioso, la toma de conciencia de mi madre y mi padre ante Jehová, llevó a los suyos a la persecución nazi, por la objeción de conciencia. Me llamo Israel, hay nombres que te marcan como una piedra. Pueden ser un lastre y una honda a la vez’, dice nuestro artista evidenciando sus procedencias y sus carencias. Galván se expresa con su cuerpo con originalidad manifiesta. Lo que hace es una aportación al baile flamenco y a la danza contemporánea, y es uno de los más acabados logros actuales en la fusión de ambas disciplinas. Avanza por la senda que abrió Joaquín Cortés. Lo más difícil ahora para él va a ser gestionar el éxito. Modestia, honestidad y a ello.
Nunca se vió tanta gente salirse de un espectáculo. El día siguiente del estreno fue un rosario de deserciones. Es hasta cierto punto lógico que el público convencional no se preste a experimentos rompedores como este. La mitad superviviente del aforo aplaudió con entusiasmo. El Real no estaba lleno, sobre todo en las localidades superiores, una oportunidad para navegantes intrépidos.
(Nuestra reseña de su anterior espectáculo en Madrid, ‘La curva’, en junio de 2011)
Aproximación al espectáculo (valoración del 1 al 10)
Interés: 8
Concepto: 6
Coreografía: 8
Danza: 8
Música: 9
Escenografía: 6
Iluminación: 6
Vestuario: 7
Producción: 7
LO REAL/LE RÉEL/THE REAL
Israel Galván
Producción encargada y dirigida por el Teatro Real
12, 13, 15, 16, 18, 19, 21, 22 de diciembre de 2012
Duración aproximada, 2 horas.
Coreografías y guión musical, Israel Galván
Dirección artística, Pedro G. Romero
Dirección de escena, Txiki Berraondo
Dramaturgia, Txiki Berraondo, Pedro G. Romero, Israel Galván
Diseño de iluminación, Rubén Camacho
Diseño y construcción de decorados, Pablo Pujol y Pepe Barea
Diseño de sonido, Pedro León
Diseño de vestuario , Soledad Molina
Coordinación técnica, Pablo Pujol
Repetidor de baile, Marco de Ana
Productora, Amapola López (A Negro Producciones)
Producción ejecutiva y distribución, A Negro Producciones
Baile, Israel Galván, Isabel Bayón, Belén Maya
Cante, Tomás de Perrate, David Lagos
Guitarra , Juan Gómez “Chicuelo”
Saxofón, Juan M. Jiménez
Piano, Alejandro Rojas-Marcos
Percusión, Antonio Moreno
Violín y danza, Eloísa Cantón
Baile, cante y jaleos, Emilio Caracafé, José Jiménez Santiago “Bobote” y Carmen Lérida “Uchi”
Actores, Pablo Pujol, Pepe Barea
En coproducción con Théâtre de la Ville de Paris, Mercat de les Flors de Barcelona, Stadsschouwburg Amsterdam + Flamenco Biênnale Nederland, Ludwigsburger Schlossfestspiele, Festival Internacional de Música y Danza de Grana e Instituto Andaluz del Flamenco de la Junta de Andalucía.