Una diva del siglo XXI: además de cantar tienen el carisma de las estrellas de cine
El viernes 8 de marzo, la mezzosoprano Joyce DiDonato secundada por el conjunto ‘Il complesso barroco’ bajo la dirección del violinista Dmitry Sinkovsky, ofreció un concierto de los que no se olvidan en el curso de una gira europea para presentar su última grabación, «Drama Queens“, arias del melodrama barroco de los siglos XVII y XVIII. De Claudio Monteverdi a Georg Fridrich Händel, bordó ocho intervenciones memorables en las que su magnífica voz, -completada por una presencia en el escenario deslumbrante a la par que sencilla, simpática, arrolladora y convincente- fue un permanente éxtasis de dos horas de plenitud, prolongadas casi en media hora más de bises ante la insistencia de un rendido público. El directo fue superior al estudio, algo no muy frecuente y muy ilustrativo de la calidad del espectáculo inigualable al que asistimos.
La mezzosoprano norteamericana nos introducía de esta forma a a su propuesta: ‘Nosotros, los cantantes, solemos presumir de que nuestra carrera nos ofrece la mejor forma de psicoterapia que existe, ya que nos permite liberarnos de gran parte de nuestros demonios interiores gracias a esos personajes ‘más grandes que la vida’ que a menudo representamos en escena. En una profesión de abundantes desafíos y presiones extremas, esta terapia supone a primera vista una ventaja decisiva. Sin embargo, la verdadera liberación y la diversión llegan cuando le sumamos a usted, el oyente, a la cita y sellamos un pacto tácito para viajar juntos a lugares ocultos que todo el mundo lucha por evitar en su vida diaria’.
Sin duda una liberación, una diversión, y también una elevación espiritual lo que experimentamos en la velada de ayer. Hasta el último detalle de su cuidada actuación fue preciso, elegante y oportuno. Comenzó con ‘Orantea’ de Antonio Cesti, prosiguió con ‘L’Incoronazione di Poppea’ de Claudio Monteverdi, ‘Merope’ de Geminiano Giacomelli, y terminó la primera parte con ‘Berenice’ de Giuseppe Maria Orlandini, entre las que Il complesso barroco intercaló dos piezas orquestales de Domenico Scarlatti (Sinfonía de ‘Tolomeo ed Alessandro’) y de Antonio Vivaldi (Concierto para violín RV 242, “per Pisendel”).
En la segunda parte, las arias escogias provenían de ‘Antonio e Cleopatr’a de Johann Adolf Hasse y de ‘Ifigenia in Aulide’ de Giovanni Porta, a las que sumó una doble presencia de Georg Fridrich Händel a través de sus óperas ‘Giulio Cesare’ y ‘Alessandro’. Esta vez las dos transiciones instrumentales procedieron de Georg Friedrich Händel (Passacaglia de ‘Radamisto’) y Christoph Willibald Gluck (Ballet de ‘Armide’).
Modificando el orden de grabación de ‘Drama Queens’, la selección mostró una adecuada cadencia y un exquisito cuidado para que las partes encajaran en el todo formando un conjunto armónico de absoluta precisión. La primera parte se desarrolló a un ritmo trepidante, una vorágine irresistible que transformaba la tradicional parsimonia con que se ejecuta la música barroca en una discoteca asombrosa en la que daban ganas de lanzarse a bailar. Dmitry Sinkovsky condujo a los integrantes de ‘Il complesso barroco’ en vertiginosas y virtuosas interpretaciones de Scarlatti y Vivaldi que se convirtieron en delirantes exhibiciones de la potencia con la que la música barroca revive en nuestros días y se convierte en himno de la más rabiosa posmodernidad. Tras un intermedio repleto de expectación, la segunda parte se embalsó en atmósferas intimistas de enorme sentimentalidad y acertado contraste con el anterior tramo del espectáculo.
Joyce DiDonato, -una de las más sólidas y brillantes carreras de la generación que ha heredado a las inolvidables divas de la segunda mitad del siglo pasado, una generación que los puristas consideran inferior a su antecesora pero que sin duda ha aportado muy superiores dotes físicas y actorales-, actualmente es invitada en los teatros más importantes del mundo y el año pasado obtuvo el Grammy de mejor solista vocal clásica por su grabación ‘Diva, Divo’. Tuvo palabras muy cariñosas para el Teatro Real, no en vano su salto a Europa comenzó en Madrid, cantando La cenerentola en 2001, seguido de hasta cuatro visitas más en la pasada década: Ariadne auf Naxos (2006), seguida del papel de Idamante en Idomeneo re di Creta (2008) (ver nuestra crítica de entonces) y el de Octavian en Der Rosenkavalier (2010) (ver nuestra crítica de entonces), y un concierto con el grupo Les talents lyriques dirigido por Christophe Rousset (2008). Siendo su presencia en El caballero de la rosa la última y la más destacable de sus anteriores cuatro visitas al Real, recordemos que su Octavian casi llegó a eclipsar a La Mariscala que hacía Anne Schanewils, y que en aquellos días nuestra Joyce aparecía eufórica tras la reciente concesión por votación popular del premio Gramophone a la «artista del año», por delante de nombres como Plácido Domingo y Lang Lang. Merecida compensación a una etapa desgraciada en la que sufrió rotura del peroné, torcedura de ligamentos y una intervención quirúrgica, todos gajes de un oficio que parece celestial y a menudo es casi infernal.
Il complesso barroco, es una aclamada agrupación especializada en repertorio prerromántico creada por Alan Curtis en 1979: se elevó por encima del mero acompañamiento para convertirse en auténtico coprotagonista. Fue fundada en Ámsterdam y ha alcanzado desde entonces un gran prestigio internacional como intérprete de las óperas y los oratorios barrocos de Monteverdi, Vivaldi y Händel. Su calidad interpretativa, perfecta afinación y adecuación estilística la hacen ser una de las más solicitadas en los festivales y salas de concierto más acreditados de Europa y América. Son numerosas sus interpretaciones de obras desconocidas, reconstruidas o rara vez representadas de Domenico Scarlatti (Tolomeo e Alessandro), Vivaldi (Il giustino, Motezuma y Ercole su’l Termodonte) y, sobre todo, Händel. Sus catorce miembros son un colectivo armónico sobre el escenario, elegante y distendido; hasta sus calcetines rojos van a juego.
Dmitry Sinkovsky estuvo fantástico a su frente, imprimiendo una fantástica vorágine de registros, desde pasajes rítmicos que podrían rivalizar en intensidad y frenesí con las mejores músicas disco actuales, hasta momentos de lirismo intimista sobrecogedores. Se graduó en 2005 en el conservatorio de Moscú y en tan sólo unos años se ha convertido en un virtuoso del repertorio barroco. En esta gira toca el violín Francesco Rugeri de 1860 obtenido en préstamo como ganador del premio Jumpstart Jr. de Holanda.
La soprano ofreció varios bises para responder a la total entrega del público. Al término del concierto firmó ejemplares de su último disco «Drama Queens“ y de los anteriores, que también estaban a la venta. El concierto en el Teatro Real se integraba en una gira por cinco ciudades españolas: Valencia, Valladolid, Barcelona, Madrid y Oviedo. Además de su extraordinaria voz que no sufrió ni el más mínimo desmayo en toda la velada, su elegancia, distinción y cordialidad completaban el atractivo de un espectáculo dinámico, arrollador, muy superior al convencionalismo anticuado y estirado que dominaba el día anterior en el ‘Roberto Devereux’ de Edita Gruverova y José Bros y que llegó al punto de casi aburrirnos (ver nuestra reseña).
La programación del Real ha realizado una doble e inspiradora inmersión en el bel canto, el período operístico primigenio que algunos se atreven a minusvalorar. Si anteayer presenciábamos en versión de concierto la ópera citada de Donizetti, uno de los compositores paradigmáticos del género durante el siglo XIX, ayer se completaba con una selección de arias de los dos siglos anteriores. Un viaje por el tiempo a los orígenes y las esencias que son la base de cualquier paso adelante en la ópera del siglo XXI.
Aproximación al espectáculo (valoración del 1 al 10)
Interés: 8
Repertorio: 8
Voz: 8
Orquesta: 8
Producción: 8
TEATRO REAL
Noches del Real – Quinta noche
Joyce DiDonato, mezzosoprano
Dmitry Sinkovsky, violín y dirección musical
Alan Curtis, asesor artístico
Il Complesso Barocco
Viernes, 8 de marzo de 2013, 20.00 horas
Fotógrafo: @ Javier del Real / Teatro Real
Programa
Primera parte
-Antonio Cesti (1623-1669)
Orontea: ‘Intorno all’idol mio’.
-Domenico Scarlatti (1685-1757)
Tolomeo ed Alessandro: Sinfonia
-Claudio Monteverdi (1567-1643)
L’Incoronazione di Poppea: ‘Disprezzata regina’
-Geminiano Giacomelli (1692-1740)
Merope: ‘Sposa, son disprezzata’
-Antonio Vivaldi (1678-1741)
Concierto para violín RV 242, “per Pisendel” Allegro-Adagio-Allegro
-Giuseppe Maria Orlandini (1676-1760)
Berenice: ‘Da torbida procella’
Duración aproximada: 45 min.
Segunda parte
-Johann Adolf Hasse (1699-1783)
Antonio e Cleopatra: ‘Morte col fiero aspetto’
-Georg Fridrich Händel (1685-1759)
Giulio Cesare: ‘Piangerò la sorte mia’
Radamisto: Passacaglia
-Giovanni Porta (1675-1755)
Ifigenia in Aulide: ‘Madre diletta, abbracciami’
-Christoph Willibald Gluck (1714-1787)
Armide: Ballet
-Georg Friedrich Händel
Alessandro: ‘Brilla nell’alma’
Duración aproximada: 35 min.