Destacó 'Holberg Suite' y decepcionó 'Sonatas'
Ayer se presentó por todo lo alto en el Teatro Real y con el respaldo de la presencia de SM la Reina Sofía, la nueva subdivisión de la CND dedicada a la técnica clásica, clave del proyecto de José Carlos Martínez como director artístico desde septiembre de 2011, tras la larga etapa de Nacho Duato. La propuesta fue ecléctica, más abundante que contundente, de una modestia que el magno escenario agudizaba. Fue evidente que queda mucho camino por recorrer. Incluso, plantea la duda de si se podrá recorrer o si habría que darse por vencidos. Hoy día, la danza clásica sólo puede subsistir con elevadísimos niveles de buen gusto, calidad técnica y grandes ideas, no sólo los comunes a toda la danza, sino más incluso por su propia esencia, radicada en la estancia menos accesible del olimpo de las artes.
El programa se dividía en dos partes, con una larga pausa intermedia entre una larga introducción histórica -a través de cuatro variadas coreografías, tres ajenas y una propia, de la etapa anterior- y el estreno absoluto para este debut, el gran desafío, la pieza de más duración y la única en la que participaba el cuerpo de baile al completo con sus veinte integrantes.
La primera parte comenzó brillantemente con ‘Tres Preludios’, una coreografía del veterano Ben Stevenson (con figurines y escenografía de él mismo) sobre música de Sergei Rachmaninoff (Opus. 32, Nº10, Opus. 23, Nº1, Opus. 32, Nº9) interpretada en directo por la pianista Rosa Torres-Pardo, y estrenada en 1969. Un clásico numerosas veces representado en todo el mundo, incluyendo el American Ballet Theater, el Ballet de la Ópera de París y el Ballet de la Scala de Milán. El sutil y romántico paso a dos se centra en los personajes de dos bailarines que se enamoran mientras trabajan en un estudio de danza. Los tres movimientos despliegan gran velocidad e intensidad en paralelo a la pasión que crece entre los bailarines. En sus catorce minutos de duración con pausas muy aplaudidas entre las tres piezas, Seh Yun Kim y Toby William Mallit estuvieron convincentes, algo insegura ella en su extremada delgadez.
La velada continuó con ‘Holberg Suite’, una coreografía de Tony Fabre -director artístico adjunto de la Compañía Nacional de Danza 2 entre 1999 y 2010- estrenada en el año 2000 en el Teatro Albéniz de Madrid, inspirada en la música del mismo título del compositor noruego Edvard Grieg para celebrar el bicentenario de su compatriota el dramaturgo Ludvig Holberg.
La pieza de 18 minutos fue en nuestra opinión lo mejor del programa, un trabajo de danza contemporánea con mucho contenido clásico, ‘un trabajo abstracto donde las imágenes se suceden sin una relación argumental y proporcionan al coreógrafo una total libertad a la hora de crear’ tal como se nos presenta. La ausencia de escenografía resalta la bella y conseguida hilazón entre música y coreografía. En escena cuatro parejas con un acertado vestuario diseñado por el mismo Fabre (con la colaboración de Ismael Aznar) en bellas y armónicas evoluciones. Eugenia Brezzi, Noëllie Conjeaud, Natalia Muñoz y Lucie Barthèlèmy con un bonito añadido de tutús negros a mitad de la pieza, y Álvaro Madrigal, Rodrigo Sanz, Iván Sánchez y Jacopo Giarda en evoluciones de tanto o mayor lucimiento que ellas. Una bailarina tropezó con un bailarín por detrás, pero el incidente fue mínimo.
Llevábamos media hora ascendente y esperábamos cruzando los dedos que el nivel siguiera ascendiendo y que pronto pasáramos a mayores, con el cuerpo de baile al completo. Pero la tercera pieza de la primera parte nos condujo al componente más clásico de la velada, el celebérrimo ‘El Cisne Blanco’ -paso a dos del segundo acto de “El Lago de los Cisnes”- en una coreografía de 1995 para celebrar el centenario de la creación del tercero de los ballets que Marius Petipa montara con música de Piotr Ilich Tchaikovsky, tras La bella durmiente (1890) y El cascanueces (1892), de legendario estreno en el Mariinsky de San Petersburgo el 27 de enero de 1895. La revisión coreográfica del tradicional Lago de los Cisnes fue realizada por Ray Barra, norteamericano de padres españoles, que fue director de la CND antes de que adoptara este nombre. Barra introduce algunas modificaciones en el libreto original, con un príncipe que vive en un mundo de sueños en el que se encuentra perdido, dentro de la historia de Odette, una princesa hechizada y encerrada como cisne blanco en un lago del que sólo la salvará el amor verdadero.
Lucía Lacarra y Marlon Dino, los invitados especiales de la gala, protagonizaron nueve minutos intensos. Ella es actualmente primera Bailarina del Ballet de la Ópera de Munich y a sus 34 años está en el podio de la danza internacional. Esta vasca, alumna de Víctor Ullate, estuvo a las órdenes de Roland Petit y en el San Francisco Ballet como primera bailarina, con el Premio Nacional de Danza de 2005. En cuanto a su pareja, este bailarín albanés comenzó su carrera en el Ballet de la Opera de Viena (2001-2002), de donde pasó al ballet de la Opera de Munich, nombrado Solista en el 2005 y Bailarin Principal en el 2008.
Tras pieza tan excelsa, José Carlos Martínez había programado una incursión en el musical de Broadway que resultó inoportuna, brusca e inadecuada en nuestra modesta opinión. ‘Who Cares?’ es una coreografía de 1970 con la augusta firma de George Balanchine basada en la música de George Gershwin con arreglos de Hershy Kay, que consta de ocho canciones entre las que figura la que da título al conjunto. Con 21 minutos de duración total, se convirtió en el componente más largo de la primera parte, un injerto que sobraba y que hacía necesaria una larga pausa posterior para llegar a una corta segunda parte. Todo ello en perjuicio del resultado final. La velada hubiera quedado en 80 minutos, una duración perfecta en un espectáculo de danza.
Pero se prefirió apostar por un género tan popular y un sesgo tan extraño en la presentación de una compañía de danza clásica. Las ocho minipiezas (por este orden, ‘The Man I Love’, ‘I’ll Build a Stairway to Paradise’, ‘Embraceable You’, ‘Fascinatin’ Rhythm’, ‘Who Cares?’, ‘My one and only’, ‘Liza’, y finalmente ‘I got Rhythm’) fueron presentadas con una puesta en escena muy convencional: una gran ilustración típica de Nueva York con rascacielos iluminados a la caída de la tarde que terminaba de situarnos en un paisaje confuso que nos transportaba desde el marco clásico del Real al contexto de los musicales de la Gran Vía.
Naturalmente que el reclamo de Balanchine sumaba atractivos, pero esta coreografía evocadora de una dinámica genuinamente neyorquina, no es precisamente lo que más nos atrae del gran coreógrafo: el espectáculo que nació en Broadway con toques de ballet clásico en una inteligente y conseguida fusión de danza contemporánea. Iluminación y vestuario tampoco aportaron prestancia. Seh Yun Kim, Noëllie Conjeaud, Yae Gee Park y Moisés Martín Cintas cumplieron correctamente con el encargo.
La gran propuesta de la noche llenó la segunda parte. José Carlos Martínez coreografiaba con el título de ‘Sonatas’, dos del Padre Soler (Sonatas R45 y 118) seguidas de cuatro de Domenico Scarlatti (Sonatas K39, 159, 208 y 427), acompañado en directo por una invitada de excepción, la pianista Rosa Torres-Pardo. Martínez aseguraba que a la hora de crear esta pieza partía de un profundo estudio previo de las partituras. Las frases coreográficas se transforman, se repiten y evolucionan al ritmo de la estructura musical. ‘Podría asemejarse a un «ejercicio de estilo», como en su momento hiciera Balanchine en alguna de sus piezas. Cada bailarín representaría un instrumento musical de la «versión orquestal» de las sonatas, interpretando su propia partitura coreográfica’, nos ilustra en el programa de mano. La propuesta, con una duración de 25 minutos, nos pareció aceptable, meritoria para quien se está estrenando en tareas coreográficas, pero sin destellos de personalidad, sin elementos originales, sin nervio, un tanto desvaída y con algunas imperfecciones en la armonía de las posiciones del cuerpo de baile, que solapaba figuras y producía asimetrías en los espacios. La obra estrenada en diciembre pasado en la localidad barcelonesa de Terrassa (Tarrasa) venía ya rodada y eso agrava los que nos parecieron desajustes ciertos.
Pero lo más importante es que ‘Sonatas’ no nos motivó y mucho menos emocionó en absoluto. Nos pareció detectar ese tono convencional que impide el aflorar de los sentimientos, el anhelo traspuesto de lo que impacta, el horizonte de lo sabido que se quiebra en lo excelente. Las tres parejas protagonistas -Lucía Lacarra-Marlon Dino, Yae Gee Park-Anthony Pina, y Rebecca Connor-Noëllie Conjeaud-, estuvieron notables, y la compañía se despidió con el cuerpo de baile al completo en el escenario, aunque fuera muy fugazmente.
La pianista Torres-Pardo tiene ya un largo recorido de quince años en los escenarios, no sólo en recitales y conciertos, sino también en otras variantes de espectáculos músico-teatrales, y su última grabación ha sido precisamente los seis quintetos de Antonio Soler junto al cuarteto Bretón. Pero su interpretación en directo de estas seis sonatas nos pareció bastante fría y desangelada, a tono con lo que veíamos en el escenario, donde los movimientos rituales en demanda de aplausos fueron a todas luces excesivos. Respondiendo a los mismos, un público de antemano entusiasta aplaudió mucho y demasiadas veces, interrumpiendo en demasía el espectáculo y contribuyendo a un desagradable aroma a ceremonia oficial rígidamente protocolaria, letal para cualquier manifestación cultural y artística, incluida por supuesto la danza clásica.
Aproximación al espectáculo (valoración del 1 al 10)
Interés: 7
Coreografías: 7
Interpretación: 7
Escenografía: 5
Iluminación: 6
Figurines: 6
COMPAÑÍA NACIONAL DE DANZA
Teatro Real
Presentación COMPAÑÍA NACIONAL DE DANZA clásica
Artistas Invitados: Lucía Lacarra y Marlon Dino
Pianista Invitada: Rosa Torres-Pardo
14 de marzo de 2013
Programa
PARTE I:
-Tres Preludios
Ben Stevenson/ Serguei Rachmaninov
-Holberg Suite
Tony Fabre/ Edvard Grieg
-El Cisne Blanco -paso a dos del II acto de “El Lago de los Cisnes”-
Ray Barra (sobre la original de Ivanov-Petipa) / Tchaikovsky
-Who Cares?
George Balanchine/ George Gershwin
PARTE II:
-Sonatas
José Carlos Martínez/ Domenico Scarlatti y Padre Soler.