Dentro de los cada vez más abundantes y sofisticados espectáculos para niños que unas cuantas compañías se están especializando en producir en nuestro país, el proyecto pedagógico del Teatro Real, que termina su temporada esta semana con «La Serva Padrona», ha sido un ejemplo de búsqueda de calidad didáctica y musical; que algunas veces se abandona en aras de espectáculos meramente «entretenidos». Ofrecer una ópera a niños a partir de 7 años: este es el reto al que se enfrenta con esta producción con la que se cierra el ciclo por esta temporada.
«La serva padrona» («La sirvienta señora») es una ópera bufa (de temática ligera y breve duración, concebida para representarse en los intermedios de las óperas «serias») compuesta por Giovanni Battista Pergolesi en el siglo XVIII (se estrenó en Nápoles en 1733). Aclamada muy pronto como una obra maestra del género, se representó ya en la época por compañías de títeres infantiles.
La compañía Etcétera propone un montaje creado hace cinco años para la Orquesta Ciudad de Granada, en el que los títeres, los cantantes y los músicos interactúan en un solo y pequeñísimo espacio. Uberto y Serpina, los dos protagonistas de la historia, existen dos veces: como cantantes de carne y hueso y como marionetas manejadas con admirable habilidad desde un foso invisible, y creadas por Enrique Lanz, que lleva 30 años a cargo de la compañía. De forma que las relaciones se entrecruzan y el Uberto humano abraza a veces a la Serpina de madera, o el Uberto de madera se acerca a lamentarse sobre el hombro de uno de los músicos. Es una integración orgánica y natural que colabora a la plasticidad del espectáculo, sin confundir a los espectadores más pequeños.
Esta especie de «ópera de formato pequeño», de una hora de duración, con la participación de un sexteto de cuerda y dos cantantes, tenor y soprano, consiste en una historia sencilla, una puesta en escena ágil aunque mínima, y abundantes guiños cómicos. Pero la calidad musical no es de pequeño formato. Pablo Martín López (que se alterna con Manel Esteve) en el papel de Uberto, el señor, y Eugenia Enguita en el papel de Serpina, la sirviente, así como los seis músicos de la Orquesta Escuela de la Sinfónica de Madrid dirigidos por José Antonio Montaño, interpretan con delicadeza y energía una música sencilla y ágil, constituida por recitativos, arias y duettos.
La producción de Etcétera viene acompañada de una completa guía didáctica para preparar a los niños antes del espectáculo, y además de los aciertos escénicos y los juegos cómicos a que se presta, está conducida en escena por el propio tenor, que se dirige a los niños en un tono coloquial y les ayuda a ir entendiendo lo que va pasando. Es importante conocer la historia, ya que la ópera está en italiano, y éste es el asunto más arduo de todos a los que se enfrentará el público.
Cabe preguntarse si no hubiera sido posible realizar una adaptación al castellano de las letras: la pérdida de musicalidad o rimas, si la hubiera habido, se habría visto compensada por una comprensión mucho mayor de la que se habrían beneficiado inmensamente los niños.
La aproximación a algo tan sofisticado y exigente intelectualmente como la ópera no es tarea fácil, incluso aunque «La serva padrona» se interpretara ya para niños en su época. Qué duda cabe que la infancia del siglo XXI tiene estímulos y referencias a su alrededor frente a los que pasar una hora escuchando música cantada en italiano puede ser, en muchos casos, un desafío.
La puesta en escena, afortunadamente, evita casi siempre a tiempo el tedio en los momentos de recitativos en italiano. El espectáculo queda así en un terreno intermedio entre lo abstracto del concierto y lo dramático del teatro; ese terreno que, aderezado de lujosos escenarios y decorados, cabe esperar será habitado por futuros amantes de la ópera.
Teatro Real – Sala Gayarre
Programa pedagógico 2012/2013
‘La serva padrona’
Marionetas y cantantes con música de Pergolesi
Funciones familiares: día 13 a las 12’00 y las 17’00 horas; día 14, a las 12’00 horas.