Las Golondrinas anidan en La Zarzuela

Una gran producción de una excelente ópera española

Las Golondrinas anidan en La Zarzuela
Las Golondrinas - Teatro de la Zarzuela

No podía empezar mejor. Cuando corren vientos tétricos en los escenarios teatrales, llega una compensación inesperada. El teatro de la Zarzuela eleva el listón concibiendo el género como ópera en español, ni más ni menos, hablando de tú a tú al Teatro Real con una producción extraordinaria firmada por Giancarlo del Monaco para un drama lírico en tres actos de un gran y olvidado compositor, José María Usandizaga (1887-1915), un vasco universal que fallecería con 28 años poco después de estrenar esta, su gran obra, sobre un libreto de Gregorio Martínez Sierra y María de la O Lejárraga, estrenada como zarzuela en 1914, y completada por su hermano Ramón, como ópera en 1929.

Una poética y triste historia de saltimbanquis, nada deudora de I Pagliaci de Leoncavallo, a la que a menudo se supedita injustamente: Cecilia, harta de tan azarosa y humilde vida, abandona al grupo y los amores tortuosos que mantiene con el galán de la misma, un violento y huraño Puck, que nunca la olvidará a pesar de rehacer su vida amorosa y profesional junto a la joven Lina, optimista, cariñosa y estupenda. Pero por esas cosas del amor, cuando reaparezca Cecilia se apoderará con toda facilidad del voluble carácter de Puck y tras hacerle abandonar a Lina, lo dejará tirado sin recordar lo muy bruto que es y sin poder impedir que la mate, condenándose a su vez y condenando a la infelicidad a la pobre e inocente Lina.

Un argumento como se ve, al que sólo sobra la ambientación payasesca para tener gran calado operístico, cierta originalidad -no abundan los argumentos con dos mujeres disputando a un hombre, y un texto sorprendente, que primero desconcierta bajo una apariencia de prosa desangelada y después cautiva con sus ‘similicandencias consonantes y asonantes’ en explicación de Javier Huerta Calvo arropando el libreto, una innovación de los libretistas más allá de las rimas habituales.

La partitura es producto bien competitivo de su tiempo, tremendamente compleja y con una orquestación muy refinada, y como muy bien apunta Christopher Webber no comparta ese retraso consustancial de nuestros líricos de una par de décadas por detrás de lo que se hacía en Europa. Tiene pasajes casi atonales que rivalizan con la influencia de Puccini y suenan a verismo, pero con una inusual riqueza instrumental y sonora que buscaba nuevos caminos dentro de la renovación del género lírico, que debió sorprender mucho en su estreno, que no se prestaba a los fáciles tarareos, y que en fin, tiene gran mérito. De sus números es famosa la «Pantomima» del Acto II, la romanza de Lina En viejas memorias pierdo, el racconto de Puck Se reía o su aria Caminar. Una partitura muy bien hilvanada que define psicológicamente los personajes con colores musicales recurriendo al leitmotiv. Un pequeño tesoro musical que cogería superiores brío y poder si se interpretara más a menudo.

Óliver Díaz comenzó su dirección musical francamente desastroso. La Orquesta de la Comunidad de Madrid y titular del Teatro sonó ilegible e imposible de seguir durante buenos tramos del primer acto. Pero llegó el descanso y se produjo el milagro, y toda la segunda parte fue notable, casi sobresaliente. También es cierto que la partitura mejora, aunque tenga elecciones erráticas, como el paréntesis orquestal seguido de coros en el segundo acto, o la larga apertura del tercer acto, un tanto distanciadora.

Es sin embargo la dirección artística lo más destacado de esta nueva producción. Giancarlo del Monaco confirma su brillante trayectoria y la buena impresión causada en el Teatro Real con su puesta en escena del Andrea Chénier de Umberto Giordano en 2010 (ver nuestra reseña de entonces). Verismo minucioso, complejidad de movimientos, riqueza de escenarios y precisa dirección actoral, todo ello apoyado en un despliegue descomunal en cantidad y calidad de vestuario por parte de Jesús Ruiz, una espléndida escenografía de William Orlandi con una paleta hermosa de grises que mutará en contenida dialéctica de rojos hasta poblarse del color del melodrama apoyada en notable iluminación de Vinicio Cheli.

La nueva producción de Las golondrinas del Teatro de la Zarzuela recrea el lenguaje visual del cine mudo, que se acentúa con la utilización de los grises en todo el acto primero. El paisaje prácticamente desaparece, «para que la historia se haga universal o, lo que es lo mismo, puro teatro», como señala el propio Giancarlo Del Monaco. Solo con la escena de la Pantomima surgirá el color en el escenario; este momento responde a la mejor tradición teatral; el juego del teatro dentro del teatro, y es la esencia de Las golondrinas».

El reparto del estreno fue notable, con la joven Carmen Romeu imponiéndose en el triángulo protagonista, con una voz original, potente y oscura, que aún aparece un tanto indómita, mientras Nancy Fabiola Herrera llevaba a buen término una Cecilia desencantada y Rodrigo Esteves daba vida a un Puck meditabundo y melancólico. A los tres les costó tomar posesión de sus papeles tras media hora destemplada. A los tres se les entendió mal, frustrante dificultad para tan grata oportunidad de oír ópera en español. Menos mal que el despliegue de saltimbanquis llenaba la escena con un despliegue visual variado pero nunca excesivo.

En resumen, una gran producción que ojalá augure un ciclo feliz en La Zarzuela. Con la llegada de refuerzos, se nota una impronta de excelencia que quiere emular el alto nivel del Real en aspectos incluso tan secundarios como la nota de prensa o la maquetación del libreto.

VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 8
Dirección musical: 7
Dirección artística: 9
Voces: 7
Orquesta: 7
Coro: 8
Escenografía: 8
Producción: 8
Programa de mano: 6
Documentación a los medios: 8

TEATRO DE LA ZARZUELA
Las Golondrinas
Drama lírico en tres actos
Música de JOSÉ MARÍA USANDIZAGA
Libreto de Gregorio Martínez Sierra y María de Lejárraga
Estrenado en el Teatro Price de Madrid, el 5 de febrero de 1914
Nueva producción del Teatro de la Zarzuela
7, 8, 9, 12, 13, 14, 15, 16, 19, 20, 21, 22 y 23 de octubre de 2016
20:00 horas (domingos, a las 18:00 horas)

Ficha Artística
Dirección musical – Óliver Díaz
Dirección de escena – Giancarlo del Monaco
Escenografía – William Orlandi
Vestuario – Jesús Ruiz
Iluminación – Vinicio Cheli
Ayudante de dirección de escena y movimiento coreográfico – Barbara Staffolani

Reparto
LINA –
Carmen Romeu (días 7, 9, 13, 15, 19, 21 y 23) / Raquel Lojendio (días 8, 12, 14, 16, 20 y 22)
CECILIA –
Nancy Fabiola Herrera (días 7, 9, 13, 15, 19, 21 y 23) / Ana Ibarra (días 8, 12, 14, 16, 20 y 22)
PUCK –
Rodrigo Esteves (días 7, 9, 13, 15, 19, 21 y 23) / José Antonio López (días 8, 12, 14, 16, 20 y 22)
JUANITO – Jorge Rodríguez-Norton
ROBERTO – Felipe Bou
Orquesta de la Comunidad de Madrid – Titular del Teatro de La Zarzuela
Coro del Teatro de La Zarzuela – Director: Antonio Fauró.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

Lo más leído