Una Katiuska con pretensiones infundadas

El Teatro de la Zarzuela busca reivindicarse frente al Real

Una Katiuska con pretensiones infundadas
Katiuska - Teatro de la Zarzuela

Se ha presentado el inicio de temporada en La Zarzuela como un triunfo desusado en una supuesta guerra que no puede ser sino civil, triste y equivocada. Anulada la fusión con el Teatro Real, el templete de la ópera española ha volcado en esta Katiuska todas sus posibilidades artísticas, técnicas, financieras y mediáticas para demostrar lo que vale. ‘Katiuska’ es una pieza menor y casi colateral del género, una opereta centroeuropea de aliño. Con una puesta en escena parca y antigua, toda la carne se concentra en el asador vocal con tres nombres de primera en un estreno que el público jaleó.

Nuestra más celebrada soprano en ejercicio, Ainhoa Arteta, solo canta las dos primeras de las catorce funciones, pero a pesar de tan escasa presencia no existía mejor imán para el fiel público zarzuelero que venía de escucharla dos veces en la última temporada y de casi entrar en éxtasis con la apoteosis de patriotismo español con que les regaló no hace un año. Pero una cosa es Arteta excelente ciudadana y persona y otra juzgar su actuación de este sábado, que a pesar de ser ovacionada en todas y cada una de sus intervenciones, no alcanzó esa maravilla de las maravillas que se proclamaba desde el estreno de la noche anterior. Su voz ha madurado, cierto, es más potente y grave, acercándose a esas sopranos casi mezzo que son nuestras favoritas. Pero no la encontramos concentrada e inspirada, en una presencia un tanto de trámite agravada por una interpretación actoral mediocre quizás arrastrada por las horribles dificultades de una escenografía inadecuada.

Arteta ha dado una docena conciertos por España en el último año, tres de ellos con Estrella Morente y uno, el de Barcelona, con Josep Carreras en un programa con muy poca ópera que generó menos pasión de la que cabía esperar, en un registro más bien plano, con un ambiente desangelado, dijo algún cronista. Sus últimas cuatro grabaciones estuvieron dedicadas a versionar música pop. Nuestra Ainhoa Arteta Ibarrolaburu tiene ya 54 años y es otra que aquella que hizo sensación hace más de dos décadas. Por supuesto, que en La Zarzuela, donde es tan difícil escuchar sopranos de altura internacional, elevó la representación a alturas vocales casi nunca alcanzadas. Y de todas maneras fue un placer escuchar y ver a esta gran mujer, gran soprano y gran persona.

Como no estuvimos en el estreno no podemos hablarles de los otros dos ‘ganchos’, Carlos Álvarez y Jorge de León, considerados hoy de lo  mejorcito de que disponemos en voces líricas masculinas. En el papel protagonista del comisario soviético, el barítono Ángel Ódena desplegó esa gran potencia que tanto gusta en este coso pudiendo calificarse su presencia de notable, al igual que la del tenor Alejandro del Cerro en ese príncipe Sergio bien cantado pero desangelado y perdido en el escenario.

Nos gustó especialmente lo bien que canta y actúa Milagros Martín en esa Olguita que salva el espectáculo secundada por la también estupenda presencia de Amelia Font en esa señora madura y ligonzuela bien construida. Correcto todo el reparto en la parte vocal y flojo en la actoral, máxime tratándose de un espectáculo casi la mitad dialogado, cosa realizada bastante a la antigua usanza zarzuelera, a voces y con soniquetes.

De director musical ejerció Guillermo García Calvo, madrileño establecido en Viena, que ya en 2014 dirigió Curro Vargas, en este mismo teatro, que dice que Katiuska es una obra universal porque la acción sucede entre Ucrania y Rumanía, el compositor es vasco, el libreto en castellano, la música de carácter ruso, con la sencillez y expresividad armónica de Schubert y la poesía de Schumann, y además un vals, un fox-trot, una marcha militar y un solo de violín a la luz de la luna’. No se puede sacar más partido. Digamos que estuvo competente y que le dio a todo ello un sobrio tono austrohúngaro. Pero la orquesta sonó pobre lo cual no tiene que ver con que sonara fuerte, algo parecido a lo que hizo el coro.

Y es que el director de escena estuvo ausente en dotar a la pieza de la verosimilitud que hoy día exige el teatro musical, resultando especialmente perjudicado el pobre coronel Bruno Brunoivich, que por ser zarista fue condenado a chusca presencia, greñas desdichadas y un vagar por las ruinas casi patético. Así no hay quien pueda con el buen bajo Antonio Torres. Emilio Sagi ya la había dirigido hace una década y el director actual de la Zarzuela, Daniel Bianco, ya la había escenografiado a sus órdenes entonces. Vuelven, y ahora es Bianco el que contrata a Sagi: pero el producto no está mejorado, el marco resulta muy visto, las ruinas imposibles de transitar, los paneles se abren y cierran con dificultades, en el reducido escenario está obligado a apiñarse un coro que pasa de entusiasta del zar a levantar el puño en alto, y vestuario e iluminación no consiguen mejorar el confuso abigarramiento sobre las tablas, que la discutible coreografía cosaca con las botitas rojas termina de fastidiar. Logrados y divertidos, sin embargo, los números arrevistados, el fox-trot parisino del terceto cómico de Amadeo, Bruno y Olga, y el vals ‘Rusita, rusa divina, cuarteto cómico de Boni, Tatiana, Olga y Bruno.

En fin, con esta pieza se estrenaba el gran zarzuelista Pablo Sorozábal sobre las tablas. El libreto era atractivo de temática y desastroso de forma, lo mismo que la partitura, nacida sin ambición, buscaba solo agradar. Fue un producto oportuno, poco antes y poco después de proclamarse la segunda república, y a esa coyuntura respondieron un comisario rojo buenísimo, una aristócrata que se regenera a su lado y un coronel blanco malísimo, ladrón, abusón y gordoncho. Sin duda tiene partes inspiradas y de alto lirismo que han pasado a las antologías del género, pero en conjunto necesitaba un tratamiento terminal del que no ha disfrutado. Sorozábal tiene muchas composiciones de más enjundia, citemos Adiós a la bohemia (1933), La del manojo de rosas (1934), La tabernera del puerto (1936) -programada como accidentado de la temporada pasada- (ver nuestra reseña), Black el Payaso (1942, Barcelona), Don Manolito (1943), Las de Caín (1958), o Juan José (2016), rescatada muy meritoriamente en 2016 (ver nuestra reseña). Sorozábal pasó de puntillas aquella infame guerra y ya estaba estrenando de nuevo en 1941 y a pares.

El público llenó el teatro en la velada del sábado y lo aplaudió todo, obediente y gozoso cada vez que a ello se le instigaba desde el foso, el escenario y algunos puntos de la platea. Pero al final no resultó tan ostentóreo como dicen que estuvo en el estreno. Más bien cumplió sin alharacas el ritual de las noches de éxito.

Arteta cobrará 14.000 euros netos por función; Carlos Álvarez, 10.000; y Jorge de León, 9000; los honorarios de Emilio Sagi son 30.000 euros y el director de la Zarzuela, Daniel Bianco, a su salario añade el de 7.000 euros en concepto de «derecho de propiedad intelectual» por la escenografía.

Aproximación al espectáculo (valoración del 1 al 10)
Interés: 6
Dirección musical: 6
Dirección artística: 5
Voces: 7
Interpretación: 6
Escenografía: 5
Orquesta: 5
Coro: 6
Producción: 6

TEATRO DE LA ZARZUELA
Katiuska OPERETA EN DOS ACTOS
Música Pablo Sorozábal 
Libreto Emilio González del Castillo y Manuel Martí Alonso
ESTRENADA EN EL TEATRO VICTORIA DE BARCELONA, EL 27 DE ENERO DE 1931, Y EN EL TEATRO RIALTO DE MADRID, EL 11 DE MAYO DE 1932
UNA PRODUCCIÓN DEL TEATRO ARRIAGA DE BILBAO,nCOPRODUCIDA CON EL TEATRO CAMPOAMOR DE OVIEDO, EL TEATRO CALDERÓN DE VALLADOLID Y EL TEATRO ESPAÑOL DE MADRID

Equipo artístico
 Dirección musical Guillermo García Calvo
 Dirección de escena Emilio Sagi
 Escenografía Daniel Bianco
 Vestuario Pepa Ojanguren
 Iluminación Eduardo Bravo
 Coreografía Nuria Castejón
 
Reparto
 
KATIUSKA  Protegida del Príncipe Sergio            
Ainhoa Arteta (4 y 5)             
Rocío Ignacio (6, 10, 12, 14, 18, 20 y 21)              
Maite Alberola (7, 11, 13, 17 y 19)              
PEDRO STAKOF Comisario del Soviet             
Carlos Álvarez (4, 6, 10, 12, 14, 18 y 20)                
Ángel Ódena (5, 7, 11, 13, 17, 19 y 21)                             
SERGIO Príncipe próximo a la familia imperial             
Jorge de León (4, 6, 10, 12, 14, 18, 20 y 21)             
Alejandro del Cerro (5, 7, 11, 13, 17 y 19)                                     
BRUNO BRUNOVICH Coronel del ejército zarista          
Antonio Torres                                   
 OLGA  Joven novia de Boni            
Milagros Martín  
 BONI  Antiguo asistente del Coronel           
Emilio Sánchez                  
 AMADEO PICH  Viajante vendedor de medias             
 Enrique Baquerizo                 
 TATIANA  Tía de Boni y dueña de la posada            
Amelia Font
 FIGURACIÓN Ariel Carmona, Eduardo Carranza, Sergio Herrero, Diniz Sánchez
 
Orquesta de la Comunidad de Madrid (Titular del Teatro de la Zarzuela)
Coro Titular del Teatro de la Zarzuela Director Antonio Fauró
 
Funciones 
Duración aproximada Actos Primero y Segundo: 1 hora y 20 minutos (sin entreacto) 
Fechas y horarios 4, 5, 6, 7, 10, 11, 12, 13, 14, 17, 18, 19, 20 y 21 de octubre de 2018 Horario: 20h00 (domingos, 18h00).

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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