A los griegos se les acaba de morir una divinidad. Una leyenda que aún permanecía viva hasta que falleció este 2 de septiembre a los 96 años y en Atenas.
Mikis Theodorakis fue una de las figuras más importantes y emblemáticas de la Grecia contemporánea, desde su área, la música, pero estrapolando a toda la cultura griega, dado que el heleno también encarnó las luchas políticas y sociales que marcaron a su país y al mundo en el siglo XX.
Contar la vida de Mikis, como se le conocía popularmente, es relatar una odisea.
Nació en 1925 en la isla de Xíos con una vocación cabalgante: su carrera abarca más de 1.000 piezas. Una auténtica barbarie.
Theodorakis estudió en París y a los 17 años dio su primer concierto. Después tuvo que luchar en la Segunda Guerra Mundial y en la guerra civil griega. Fue perseguido, torturado y exiliado durante la Junta Militar que gobernó su país entre 1967 y 1974. Sus canciones fueron prohibidas y dos veces lo enterraron vivo.
Autor de Zorba el griego
Sin duda «Zorba el griego» es la obra más conocida de Theodorakis, aunque para otros muchos su obra maestra es la «Trilogía (o balada) Mauthausen».
Muchas de las grandes composiciones de Theodorakis están, de hecho, inspiradas en la literatura: entre otras, les puso música a las palabras de sus compatriotas Giorgos Seferis y Odiseas Elytis, al «Romancero Gitano» del español Federico García Lorca y al «Canto General» del Premio Nobel chileno Pablo Neruda.
Son obras épicas, un buen reflejo de su ambición, de su compulsión por crear y mezclar. Lo clásico con lo popular, lo griego con lo universal, lo simple con lo grandioso.
