Si lees Lucas Vidal puede que te suene a desconocido, pero si oyes ‘Élite’, ‘Palmeras en la nieve’, ‘Fast and Furious’ o ‘LaLiga’, una melodía inunda tu cabeza. Son las bandas sonoras de estas piezas cuyo autor es el compositor español Lucas Vidal.
Este genio de la música ha sido galardonado con dos Goyas y un Emmy y, ahora, es el creador de la nueva identidad sonora de Telefónica que lleva el título ‘Suite Telefónica’. Grabada en los estudios de Abbey Road de Londres, con ella, se completa el rebranding de la compañía iniciado hace tres años y aúna «el pasado, el presente y el futuro» con sonidos históricos y actuales de la compañía.
Pero detrás de cada artista hay una historia y con el fin de ayudar a que todos consigamos nuestras metas ensamblando talento, la multinacional española de telecomunicaciones ha desarrollado la iniciativa ‘Mejor Conectados’ cuyo último protagonista es Lucas Vidal.
Explorando su lado más humano y personal, el maestro de la música reconoce que ser positivo y relativizar ha sido la dupla perfecta a la hora de conseguir sus metas. Cuenta el compositor que, pequeños gestos como afrontar una grabación con optimismo, cuidar a aquellos músicos que forman parte del equipo u algo tan simple como ofrecer comida a todos los participantes hacen ganarse la confianza del grupo.
Todo se soluciona con una sonrisa, empatía y transmitiendo buenas vibraciones, las mismas que salen de los instrumentos musicales creando obras de arte que hacen magia en el cine o en las series.
Cuenta Vidal cómo relativizar ayuda a mantener ese equilibrio perfecto entre la positividad y la realidad con las circunstancias externas y las de uno mismo. Porque la vida personal, al igual que la profesional, está íntimamente liga y conectada, llena de piedras, obstáculos, alegrías, emociones, noticias buenas y no tan buenas. Para ello, la clave se encuentra en la manera en la que lo afrontemos.
El compositor hace un recorrido por sus vivencias. Su abuelo fundó la empresa discográfica Hispavox y, desde muy pequeño, estuvo ligado a la música clásica. Empezó a tocar el piano siendo un niño y a los 16 años obtuvo una beca en Berklee College of Music en Boston, fue entonces cuando decidió hacer música “de cine”.
A pesar de tener una actitud positiva, Vidal reconoce que, a lo largo de su carrera ha tenido que trabajarlo. El compositor tuvo que hacer frente a un problema médico importante y, la actitud, fue una de las piezas clave en este proceso.
“Todos tenemos momentos buenos y, por supuesto, momentos malos. Yo, como artista, pues tengo muchos picos, como es lógico. El ego también te la juega y, bueno, es normal. Es normal, no pasa nada; a veces puedes sentirte triste”, reconoce el músico.
Bajo su actitud y consejo se aplica la máxima del carpe diem aprovechando cada segundo de nuestro tiempo.