«Dios no es de fiar». Lo dijo D. José Saramago.La confianza es experiencia fundamental de la vida humana. Nacimos necesitados de todo, y, como necesitados, aprendimos a confiar, lo que nos permitió aprender a vivir. El regazo de la madre, los brazos del padre, el seno familiar fue para nosotros una representación del mundo que nos recibía y en el que, poco a poco, empezamos a movernos confiadamente.
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