El ejemplo de Portugal, donde esta medida está ya implanta, no parece que sea muy esperanzador
Manuel de Castro.-En este clima de pacto en el que estamos sumidos desde hace tiempo, el Ser. Ministro de Educación ha puesto sobre la mesa una nueva propuesta para el debate: la conveniencia de prolongar la edad de escolarización obligatoria hasta los 18 años, como una medida más para la mejora de la calidad de la educación de los ciudadanos.
A primera vista no parece descabellado pensar que prolongar aún más el tiempo de permanencia de los jóvenes en las aulas y retrasar la edad de su acceso al trabajo pueda ser una medida llena de ventajas, mírese por donde se mire. Por un lado, se mejora la formación general de todos los ciudadanos y por otro se disminuye el número de jóvenes abocados en las actuales circunstancias de crisis a un paro más que seguro.
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