"La Constitución de Ecuador está inspirada en la Doctrina Social de la Iglesia"

«El Espíritu Santo no es propiedad privada de la Iglesia»

Alfredo de la Fuente, vicario de pastoral social de Portoviejo (Ecuador)

Correa tiene asesores jesuitas y salesianos

Don Alfredo de la Fuente viene del otro lado del charco. Es vicario de Pastoral Social de Cáritas de la diócesis de Portoviejo, en Ecuador. Es también el fundador y el alma máter de la Organización de Mujeres Santa Marta, que, junto a la Asociación Manabí, trabaja por la promoción de la mujer, por la erradicación del maltrato y la pobreza. Ambas fundaciones nacen convencidas de lo que hacen: «institucionalizar la caridad» y el «amor testigo». Don Alfredo trabaja, «como todo hombre de buena voluntad del mundo», con el Espíritu Santo, con «la alegría de vivir y el vivir alegre», y con «Dios-Vida», para el que más lo necesita: el pobre, el de abajo. Para que los hombres volvamos a ser humanos.

P- Buenos días don Alfredo. Y bienvenido.

R- Buenos días.

P- ¿El viaje bien, la aclimatación a España…? ¿Viene usted a menudo?

R- Sí, no cuesta tanto. Vengo a menudo. Además, aún no hace demasiado frío. En Manabí tenemos siempre un clima muy suave.

P- ¿Manabí está al lado del mar, junto al Pacífico?

R- Sí.

P- ¿Cuál es la ciudad más importante de la provincia?

R- Manta, que es el puerto natural (abierto) de Manabí.

P- Hábleme de la Organización de Mujeres Santa Marta.

R- Dentro del programa nacional de todas las diócesis (o sea, de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana) se ha estado trabajando desde hace ya más de 30 años la promoción de la mujer. A partir de eso, hemos desarrollado en la diócesis la Organización de Mujeres Santa Marta, que cuenta con 140 organizaciones locales y con estructuras provinciales de solidaridad, bien fundamentadas desde 1990. Uno de los objetivos fundamentales es la erradicación de la violencia contra la mujer. Allí el machismo pesa bastante.

P- Hoy precisamente escuchaba un estudio en la radio sobre el machismo y el maltrato en Latinoamérica, que es brutal.

R- Sí, realmente lo es.

P- ¿Por falta de conciencia social, o porque está metido en la cultura?

R- Sí, es cultural. Por eso es tan difícil erradicarlo. No se trata sólo de «mi marido, o mi hermano, o mi amigo, o mi esposo»… Es todo el ambiente que rodea a las mujeres. Al hombre que intenta dar el salto y cambiar, se le echan encima los demás hombres.

P- ¿Queda mal visto?

R- Claro, queda excluido. Así que es complicado.

P- ¿O sea que sólo se podrá conseguir a medida que vaya subiendo el nivel educativo y el nivel cultural?

R- Y el nivel económico de la mujer. Mientras la mujer no lleve algo que la sociedad considera de valor (que es la economía), la mujer siempre quedará por fuera a la hora de compartir el poder.

P- ¿En ese sentido, las mujeres adquieren valor cuando emigran y vienen a España?

R- No hace falta. Allá mismo, dentro del programa, uno de los puntos fundamentales para el desarrollo de la mujer es, precisamente, crear a la mujer como un sujeto activo de crédito. Es decir, que, a partir de un instrumento de trabajo, empieza a desarrollar actividades económicas, fortaleciendo la vida económica familiar, lo cual le permite a ella tener poder en su familia. Y, como además están organizadas, van rompiendo, haciendo espacio, y creando nuevos valores en su medio y en la sociedad.

P- Y creando conciencia.

R- Eso es.

P- Llama la atención que es usted vicario, laico, está casado, tiene dos hijos… ¿La Iglesia de allí es más laical?

R- Es una Iglesia más cercana al pueblo. Sus estructuras no están tan separadas de la vida cotidiana de la población. Están muy integradas. No es que haya una participación laical muy amplia, pero no hay diferencias tan fuertes. Culturalmente, la Iglesia siempre ha estado más integrada dentro de la acción popular, barrial, rural, etc.

P- ¿Eso quiere decir que allí un sacerdote es una persona normal y sencilla, que se acerca a cualquiera? ¿Incluso un obispo?

R- Sí. Los obispos están constantemente entre la gente. Van por la calle paseando de un lado a otro. Tranquilamente. Nuestro obispo viene a las reuniones de la Organización de Mujeres, por ejemplo. Allí no hay formalismo. Es más sencillo.

P- ¿Quizá sean más queridos allí los curas y obispos?

R- No sabría decir, porque eso del querer o no querer… Pero sí que son más cercanos.

P- ¿La Organización de Mujeres Santa Marta está asociada a la arquidiócesis?

R- Surge de la arquidiócesis, porque, a la hora de desarrollar lo económico, cualquier actividad nueva en un pueblo al que se le ha quitado todo, que no tiene posibilidades económicas… se necesitan financiaciones exteriores. Pero no todas son «línea Iglesia», sino también de la sociedad civil. Para las administraciones civiles tenemos que presentar un estatuto civil. Por eso necesitamos que la Fundación Santa Marta sea paralela a la Pastoral Social de Cáritas, para manejar ambos estatutos, el civil y el eclesiástico, según cual convenga.

P- ¿Para conseguir las subvenciones viene usted habitualmente a España, y también es por lo que se ha creado una especie de red de la Asociación Manabí?

R- Sí, hemos hecho un trabajo amplio de sensibilización en colegios, grupos organizados, etc. Y, a partir de ahí, van llegando voluntarios allá. Y lo van conociendo.

P- ¿Hay muchos voluntarios?

R- Sí. A partir de los voluntarios se organiza la Asociación Manabí aquí (tanto en Pamplona como en Madrid) y en Francia (al sur de París). Fruto del trabajo de sensibilización de la problemática no sólo de Manabí, sino de todo Ecuador.

P- ¿Cualquier joven o profesional español, con carrera o sin carrera, puede ir a Ecuador a trabajar con ustedes en el proyecto de voluntariado?

R- Sí. Normalmente van por un mes, porque no tienen otro tiempo.

P- ¿El mes de vacaciones?

R- Sí, pero lo mejor sería 2 o 3 meses. Pero también tenemos para periodos más amplios. Ahorita hay un muchacho de Navarra que lleva 6 meses. También hemos recibido de un año o dos, de forma constante. No es que lo pueda hacer cualquiera, sino cualquier que se ponga en contacto con la Asociación Manabí o con otra organización de Cáritas de acá.

P- ¿Ustedes les preparan antes de que vayan allá?

R- O bien les preparamos nosotros, o les prepara la Organización. Hemos trabajado mucho con Setem, con Enfermeras para el Mundo (la ONG que del Directorio de Enfermería Nacional), etc. Nos han ido un montón de enfermeros graduados.

P- ¿Y la subvención en Europa, como la consiguen? ¿A través de organismos oficiales, del voluntariado…?

R- De ambos. Pero sobre todo, a partir de la Asociación Manabí en Francia. Se presentan proyectos, por ejemplo, a Castilla La Mancha, que nos ha subvencionado algunos proyectos de salud muy fuertes. En este momento estamos desarrollando uno llamado Manabí Saludable, como fortalecimiento de la red de promotores al desarrollo que venimos ya trabajando desde el 96. Y estamos comenzando otro financiado por la ECI, del Ministerio de Asuntos Exteriores. Las fuentes son variadas, pero para proyectos pequeños, en general, es el mismo voluntariado.

P- ¿O sea que el voluntariado mismo, cuando vuelve, va consiguiendo que otras personas aporten pequeñas cantidades?

R- Correcto. El Gobierno de Navarra también nos lleva financiando bastantes años.

P- ¿Contar con la cobertura y el apoyo de la Iglesia también será significativo a esos niveles?

R- No sólo es significativo, es nuestra base. Nosotros nacemos convencidos de lo que hacemos.

P- ¿O sea que hay por detrás toda una mística de valores y de lucha por el Reino?

P- A nivel civil somos una ONG más, pero nuestra forma de pensar, de ver el mundo, es distinta. Viene de la fe y del amor. Y no el amor teórico, sino el testigo. Que se da en cada momento a aquél que más lo necesita.

Vemos y analizamos la realidad desde abajo. Desde el mas débil, nos dirigimos a toda la sociedad.

P- ¿Desde la opción preferencial por los pobres, que se decía hace unos años?

R- Sí. Y se sigue diciendo en Ecuador.

P- Eso suena a Teología de la Liberación. ¿Sigue vigente?

R- Siempre la teología es de liberación. Otra cosa es que, en un momento historio, se concretara en ciertos puntos y se le diera mayor fuerza. Pero la teología cristiana siempre ha sido de liberación.

P- ¿Liberación integral?

R- Total, integral de la persona. No solamente en lo económico. La diferencia en cuanto a metodología de trabajo entre Latinoamérica y Europa, yo considero que es bastante fuerte. Allí somos integrales. Nunca hablamos sólo de economía, por ejemplo, sino de la totalidad de la persona. No creemos que sea el entendimiento quien piensa, sino la persona que ama. Esta visión es más latina.

P- ¿La Iglesia en Ecuador es respetada y querida?

R- Es la institución que más credibilidad tiene.

P- ¿Es la primera en las encuestas de fiabilidad social?

R- Sí.

P- Qué envidia.

R- Hemos trabajado fuerte. Sobre todo desde el 90, ha habido un gran avance en cuanto a lo que es el encuentro con el pobre y las organizaciones. No sólo la caridad de dar porque si no, se muere; sino la caridad institucionalizada. Para que no sean momentos espontáneos. La caridad tiene que estar avalada y organizada.

P- El presidente Correa es católico, pero está teniendo dificultades con la jerarquía… Al menos, eso llega aquí.

R- Roces de instituciones siempre hay. En la misma Iglesia las tenemos. Los jesuitas no piensan exactamente como pienso yo, por ejemplo. Pero eso no significa que no estemos todos en la misma línea de trabajo, y con un mismo espíritu. Hay discusión interna en la Iglesia misma.

P- ¿O sea, diferencias de matices entre el presidente y la jerarquía?

R- Sí. No hay grandes diferencias, porque la nueva Constitución ha desarrollado, a nivel económico, la Doctrina Social de la Iglesia. La ha desarrollado minuciosamente, y ahora comienza el cambio, con su aplicación. Las cuestiones sociales no se cambian de un momento a otro.

P- ¿Podría llamarse, entonces, al momento que vive Ecuador, revolución social cristiana?

R- No me atrevería a decir basada en la Doctrina Social de la Iglesia, porque esa doctrina no es particular de la Iglesia. Es compartida con muchas opciones humanistas. El Espíritu Santo no es propiedad privada de la Iglesia. Está en el mundo, trabajando con todo hombre de buena voluntad. Dios lanza su luz, su fe y su alegría a todo el mundo. La Iglesia es el sacramento, el espacio adecuado o propicio, de encuentro con Él. Pero no es el único.

P- ¿Pero Correa se inspira en la Doctrina Social de la Iglesia para plasmarla en la realidad?

R- Sí. Sus asesores son de la Compañía de Jesús. Y también salesianos que yo mismo conozco.

P- ¿Por qué entonces aquí se le está tachando desde la derecha eclesiástica de rojo comunista que va a acabar con la Iglesia?

R- En la sociedad son muchas las fuerzas que intervienen, y todas tienen derecho a expresarse. Si nosotros vemos la realidad desde abajo, vamos a tener contradicciones con el que la ve desde arriba. Es lógico. Eso se da allí.

P- ¿Y se traslada después globalmente, a través de los medios de comunicación?

R- Exactamente. Los medios de comunicación son propiedad solamente de los que miran desde arriba. Así que la opinión general que van creando corta el desarrollo del de abajo. Claro está.

P- ¿Usted está contento con lo que está haciendo en este momento Correa?

R- Sí, estoy muy contento. Cuando me dicen: «¿Usted es correísta?», digo: «No. Nosotros llevamos muchos más años que él trabajando en lo que ahora están haciendo».

Lo que está naciendo en Latinoamérica no es espontáneo. Es fruto del trabajo hecho desde los años 60 para acá. La década del 60 es la que está aportando -no solamente a Latinoamérica, sino al mundo entero- toda su fe, su ideología, su impulso, su participación por la justicia, por ser humanos. Los hombres nos tenemos que volver humanos.

A día de hoy, en el siglo XXI, después del «Siglo de las Luces de los Derechos Humanos» (el siglo pasado), ¿cómo tenemos que estar razonando aún que no hay que pegar a la mujer? Yo me quedo helado. ¿Pero en qué mundo andamos, por favor?

O que no seamos sensibles a toda la niñez que está en la calle porque sus padres no tienen cómo alimentarles, y tienen que estar buscando algo de comer. ¡Y que a pesar de todo, nos llamemos humanos!

P- ¿Esa vuelta a la pasión por la humanidad que está surgiendo en Latinoamérica de qué proviene?

R- De esta tendencia política de la que le hablo, que no solamente es de Correa. Es latinoamericana, como se está viendo.

P- ¿Entonces las comunidades, la Iglesia, las órdenes religiosas, etc, han tenido mucho que ver? ¿Están recogiendo lo que han sembrado?

R- Exacto. Aunque dentro de la Iglesia también hay algunos sectores que ven la realidad desde arriba, desde la institución. Y yo lo comprendo. Quizá en su lugar yo haría lo mismo. No me considero ni más bueno ni más malo. Pero quien ve la realidad de cerca, se enfrenta a ella cada día, tiene otra experiencia. Entonces, uno ya es testigo. De la alegría de vivir y del vivir alegre.

P- ¿Sigue habiendo sed de Dios en Latinoamérica? ¿La cuestión religiosa se vive más a fondo que aquí?

R- Sí, allí Dios está integrado en todo.

P- ¿No es como aquí, que el que va de católico se avergüenza?

R- La mayoría allí es católica, pero la fe es general. No es exclusiva. La presencia de un trascendente está dentro de la cultura latinoamericana. Como alguien que acompaña.

P- Esa sed de Dios que ustedes viven más a flor de piel que nosotros, se está trasladando a España a través de la inmigración. Muchas de nuestras parroquias, por ejemplo en Madrid, se están revitalizando con el aporte de los emigrantes latinoamericanos. ¿Hay un trasvase de espiritualidades?

R- Sí, perfectamente. Es lo bueno que tienen las migraciones. Siempre las ha habido, a lo largo de la historia. Y la historia es una confrontación de pueblos y culturas. No nos podemos cerrar.

Europa se ha cerrado mucho, creyéndose el centro de la cultura universal, y ha perdido. Pero a la par ha ganado, con el desarrollo global. ¿Cómo iba a pensar yo, cuando comencé mi trabajo, que iba a estar en un medio de comunicación? Imposible. Esto es una maravilla que, bien aprovechada, haría que los humanos fuéramos más humanos. Que creyéramos en la vida. Y la vida es diferente.

En un árbol no hay una sola hoja igual a la otra. Todas son diferentes, pero se consideran del mismo árbol.

Los humanos tenemos que comprender la vida que tenemos alrededor, para hacerla nuestra. Hemos alejado tanto la naturaleza, que ya no aprendemos de ella. Y Dios-Vida está en todo. Y en ello se manifiesta.

Tenemos que ser más tolerantes, más comprensivos… Yo suelo decir que todos tenemos que bailar la samba, pero cada cual con su propio cuerpo.

P- Es una gozada escucharle. ¿Hay algún proyecto especifico para la niñez de la que antes nos hablaba, que está en la calle? ¿Trabajan ustedes con ellos, además de con la mujer?

R- En Manta tenemos un centro, la Fundación Familia Solidaria, donde están escolarizados 130 niños. Unos allí mismo y otros en colegios. Y eso es posible gracias al apoyo de padrinos de Italia y España.

P- ¿O sea que hay posibilidad de colaborar a través del padrinazgo?

R- Sí. Lo que se le aporta al niño y a su familia es una beca de estudios y alimentación.

P- ¿Cuánto cuesta eso al año, para alguien de aquí de España, por ejemplo?

R- 25 dólares mensuales.

P- ¿Unos 20 euros al mes?

R- Sí, esa es la media.

P- ¿Y con eso se le da la beca de colegio y comida?

R- Sí. No es tan caro.

P- ¿Hay muchos niños que lo necesitan?

R- En Manta es un 2% de la niñez. Lo demás está cubierto por otras instituciones, incluso gubernamentales. Nosotros, a partir del años pasado (con la nueva tendencia) estamos trabajando también con el IFA, que es la institución del gobierno para la inclusión social y económica desde donde parte toda la ayuda para estos programas. Estamos trabajando en común para solucionar el problema, que no son los niños, sino sus familias.

P- ¿A dónde tendría que dirigirse la gente de España que quiera colaborar con ustedes?

R- Hay una página web: www.fundacionsantamarta.es, y ahí ya aparece todo un portal de la Red Manabí, para poder contactar con las asociaciones de Madrid, Pamplona, Francia, Italia, etc.

P- ¿Algún teléfono, por ejemplo de Madrid?

R- 91 5085725. El presidente es Luis Padilla.

P- Él les recibirá con sumo agrado, porque es una persona, también, entrañable.

R- Quisiera recalcar que el voluntariado no es solamente ir allá, sino que consiste en ir integrando voluntades populares. Quien va allá descubre otro mundo. Y ese mundo le cambia.

P- ¿Vuelve convertido, le cambia por dentro?

R- Exacto. Al volver acá, su planteamiento va cambiando en lo importante.

P- Me imagino que sigue enganchado con aquella realidad, y ya no vive como vivía antes.

R- Quiera o no quiera, la semillita se le queda dentro.

P- Pondrá freno al consumo, tendrá otras prioridades…

R- Cuando escuche algo de cualquier parte del mundo donde haya pobreza o vulnerabilidad social, pondrá más atención. Siempre. Eso se consigue 100%.

P- Y eso lo pasará a sus amigos, a su círculo, a sus hijos…

R- Ahorita, la semana pasada, tuvimos un encuentro con algunos de estos voluntarios. Cada año hacemos una mini asamblea, en Pamplona, en Madrid… para tratar de seguir con el diálogo constante. Una de las muchachas decía que es como una especie de rescoldo que de vez en cuando hay que soplar.

P- Don Alfredo, ha sido un placer.

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Todos tenemos que bailar la samba, pero cada cual con su propio cuerpo


Contacto en Madrid con la Asociación Manabí:

Luis Padilla: 91 5085725

Página web de la Fundación Santa Marta:

www.fundacionsantamarta.es

Donativos: Caja Madrid 2038-1033-43-6000663487 (España)

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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