Los cristianos de hoy vivimos en una sociedad en libertad, de mentalidad y cultura diferentes de las sociedades confesionales de otro tiempo
Los obispos españoles esperan «que ningún modelo de misión cristiana ceda a la tentación del proselitismo, y que todos los cristianos respetemos los derechos de la conciencia de las personas». En su mensaje con motivo de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el texto de la Conferencia Episcopal apunta las dificultades que, cien años después de sus comienzos, tienen todavía las relaciones entre las distintas confesiones cristianas. En el mensaje se hace un llamamiento al respeto en el movimiento ecuménico, aunque se justifica el regreso a Roma de buena parte de la confesión anglicana, aduciendo que «es éste un caso particular que no responde a ninguna acción de carácter proselitista por parte de la Iglesia Católica».
«Vosotros sois testigos de todas estas cosas«, reza el lema del mensaje, que bascula entre el recuerdo de la Conferencia de Edimburgo de 1910 y el futuro del diálogo ecuménico. «La Iglesia es apostólica porque no anuncia otro mensaje que el evangelio de la vida y la salvación predicado por los Apóstoles, para dar a conocer a Cristo a los hombres y mujeres de todas las latitudes, culturas y lenguas», apuntan los obispos, que inciden en el «largo recorrido hacia la unidad visible de la Iglesia» adelantado en los últimos cien años.
Aun así, las bases se mantienen intactas: «Los católicos afirmamos con el Concilio Vaticano II que la Iglesia fundada por Cristo y «constituida y ordenada en este mundo como una sociedad, subsiste en la Iglesia católica», pero al mismo tiempo reconocemos que la única Iglesia de Cristo tiene en las otras Iglesias y Comunidades cristianas «muchos elementos de santificación y de verdad que, como dones propios de la Iglesia de Cristo, empujan hacia la unidad católica»».
Pese a los avances, el Episcopado no niega «los recelos que suscita la presencia de unas Iglesias en territorio donde históricamente se hallan otras implantadas». Las mutuas acusaciones de proselitismo se siguen dando en todo el mundo. En este punto, el mensaje llama a «orar para que definitivamente se cierren las heridas del pasado, conscientes de que los cristianos de hoy vivimos en una sociedad en libertad, de mentalidad y cultura que nos hacen diferentes a los cristianos de las sociedades confesionales de otro tiempo».
Pese a ello, la herida ha vuelto a abrirse con la aceptación de Roma de la vuelta de grupos anglicanos, disconformes con el nombramiento de mujeres y homosexuales como obispos. Para los obispos católicos españoles, éste es «un caso particular que no responde a ninguna acción de carácter proselitista por parte de la Iglesia Católica, que en palabras del Papa, sigue empeñada en la prosecución del diálogo ecuménico doctrinal».
Al abrir esta puerta de entrada en la Iglesia Católica, afirma el documento, la Santa Sede «no toma una iniciativa contraria al diálogo ecuménico», sino que, quiere dar «una respuesta generosa a la legítima aspiración de estos grupos anglicanos» .