Hemos procedido desde dos principios: la independencia política y el diálogo como primera opción frente a la confrontación
Manuel de Castro cede hoy el testigo a Juan Antonio Ojeda, que hoy se presenta ante los medios de comunicación como nuevo secretario general de las Escuelas Católicas. Antes de tomarse un período de descanso para afrontar nuevos proyectos, Manuel de Castro concedió una entrevista a RD, en la que repasó sus ocho años en el cargo, en mitad de una gran tensión política e institucional. «El resultado ha sido satisfactorio. Hemos contribuido a tender puentes y a llegar a acuerdos«, afirma De Castro, quien insiste en que, si hubieran adoptado el camino de la confrontación, como hicieron otros, «nos hubiera ido mucho peor».
«Han sido años complicados, pero el balance es positivo», asume el religioso salesiano, quien sostiene que, tras este tiempo, «Escuelas Católicas tiene mucho más prestigio social y más unidad interna». Una unidad que mantendrá Ojeda, religioso de La Salle, puesto que «los grandes objetivos ya están marcados».
Desde 2005, los conflictos Iglesia-Gobierno en materia educativa han sido constantes, primero por la LOE, después por la polémcia Educación Para la Ciudadanía y la cuestión de los conciertos. En todo este tiempo, Escuelas Católicas optó por el diálogo como base de su misión, pese a que ello le acarreara fuertes críticas desde algunos sectores eclesiásticos. «Hemos procedido desde dos principios -explica De Castro-: la independencia política y el diálogo como primera opción frente a la confrontación».
Y es que, en su opinión, «sólo se puede acudir a manifestaciones cuando no hay más opciones«. Respecto a las acusaciones de actuar al margen de la jerarquía, De Castro niega la mayor y asegura que «no hemos actuado en su contra, incluso hemos mantenido una conexión muy directa con los entonces responsables de la Conferencia Episcopal y la Comisión de Educación (Ricardo Blázquez y Antonio Dorado)», que además alabaron la función de los religiosos. «Me da la impresión de que quienes han querido poner de manifiesto esta división no real eran quienes querían llevarnos por su camino», aduce el salesiano.
En todo caso, De Castro reconoce que «en algunos momentos nos henmos sentido muy incomprendidos«, si bien «siempre hemos procedido con mucha honradez, y hemos contribuido a no crear confrontación en este país, sino a tender puentes de diálogo y a llegar a acuerdos, y nos ha ido muy bien». «De haber apostado únicamente por el camino de la confrontación, nos hubiera ido mucho peor», asegura.
Ocho años después, la Escuela Católica «está reconocidísima», como lo prueba el hecho de que un 14% de los padres no pueden llevar a sus hijos a los colegios católicos, aunque querrían hacerlo. «Tenemos que seguir afrontando el futuro, no nos escondemos», añade De Castro, quien recalca que «la escuela pública es totalmente necesaria, pero la concertada también, y además ahora bastante dinero al Estado. Un alumno ‘cuesta’ un 40% menos en la concertada que en la pública».