Cuando se apague el eco del horror, los misioneros y cooperantes no se marcharán
Los datos son demoledores: desde que se conoció la tragedia de Haití, los españoles (no bancos ni empresas, sino los ciudadanos de a pie) hemos donado la friolera de 2,5 millones de euros… ¡al día! para contribuir a paliar la situación de los centenares de miles de víctimas del terremoto en el país caribeño. Una riada de solidaridad, canalizada, en su mayoría, por ONG y congregaciones católicas, desde Entreculturas a Misiones Salesianas, pasando por Cáritas, Manos Unidas, Mensajeros de la Paz, Intermón, Proclade, Ayuda a la Iglesia Necesitada….
Una infinita solidaridad la de nuestros conciudadanos, y la de tantos voluntarios, misioneros y cooperantes, profesionales y expertos que trabajan, ya sobre el terreno, para reconstruir un pueblo arrasado. Cuando pasen las semanas y se apague el eco del horror, y Haití ya no cope titulares en televisiones, radios y diarios de todo el mundo, cuando el país tampoco exista para la opinión pública, ellos seguirán allí. No se marcharán. Y continuarán necesitando de nuestra solidaridad.
Para leer el artículo completo, pincha aquí: