Los obispos no cuidan a los sacerdotes ancianos
«En memoria mía. Fragmentos de la vida de un cura» (PPC), es la última experiencia literaria del sacerdote y director de Vida Nueva, Juan Rubio, que ayer presentó en el transcurso de una cena con la Asociación de Periodistas de Información Religiosa (Apir). En la novela, Rubio relata la historia de Mario, un sacerdote de avanzada edad, que vive el cambio que se ha producido en el interior de la Iglesia y en el corazón de muchos sacerdotes.
Es una historia «autobiográfica», pero no de la vida de Juan Rubio, sino de la de muchos curas, «con nombres y apellidos«, que seguramente se verán reflejados en estas páginas. En un momento en el que se está viviendo un «invierno eclesial», con una edad media del clero superior a los 65 y unas perspectivas de descenso vocacional, evidente, Juan Rubio se muestra optimista de cara al futuro, porque «no nos hacen curas, sino que somos curas«, y porque «hay que volver a ir a lo esencial». «La Iglesia ha perdurado durante muy diversas épocas, y después del invierno siempre llega la primavera», asumió.
En opinión de Rubio, «se está configurando un nuevo modelo sacerdotal«, en el que los sacerdotes mayores no terminan de encontrar su sitio. «Los curas de 70 años, que nacieron al término de la Guerra, que vivieron la apertura del Concilio y tuvieron que adaptarse a él, y que ahora ven cómo las cosas vuelven a cambiar, sienten como si hubieran hecho algo más, con el desasosiego de seguir sintiéndose curas».
En la novela, Juan Rubio aborda todo tipo de cuestiones, desde el celibato a la secularización o la memoria histórica, el amor, las dudas, la soledad y el desafío de continuar fieles a una vocación, como la sacerdotal, que «no está de moda». Pese a ello, el libro «pretende an imar a los curas a pasar este invierno, dentro de casa, con el calor de la fraternidad sacerdotal» que, en su opinión, no ha de confundirse con una suerte de «casta eclesial», aunque de todo hay.
«En memoria mía» quiere ser un homenaje a los curas mayores, «a los que se están ninguneando y despreciando», también desde la jerarquía. «Los obispos no cuidan a los sacerdotes ancianos«. Y, sin embargo, los sacerdotes de más de 50 años son mayoría en España.
¿Hay relevo generacional? Podrá haberlo, pero fundamentalmente, en opinión de Juan Rubio, «hace falta un plan serio de formación: en lo afectivo, en lo intelectual y en lo humano«, y que el cura se manche las manos en la calle, sin descuidar la práctica sacramental. Y, como afirma el título, sin descuidar «lo esencial, lo que nos da la razón de ser del sacerdocio. Saber que estamos haciendo lo que hacemos en memoria suya, lo cual no supone recordar algo que pasó o que fue bueno, sino actualizar el mensaje de Jesús y nuestra misión cada día».