Los cambios climáticos, a quienes afectan más son a los más vulnerables, a los más pobres. Y esa experiencia la acabamos de vivir en Haití
(Jesús Bastante).- «Luchamos contra el hambre, que no es sólo de pan, sino de cultura, de justicia… y hambre de Dios» sostiene Miryam García Abrisqueta, presidenta de Manos Unidas, que este mes celebra su LI Campaña Contra el Hambre. En una entrevista en RD, Abrisqueta reconoce que «la gente se fía de Manos Unidas», y asegura que el 97% de los fondos de esta ONG van a parar a proyectos. Desde Haití al último rincón de Asia, Manos Unidas trabaja en miles de proyectos en los cinco continentes.
Eres presidenta desde mayo, aunque llevas 10 años colaborando con Manos Unidas. ¿Cómo afrontas la nueva responsabilidad?
Es la misma misión con distinta responsabilidad. Lo que hacemos es luchar contra el hambre que no es sólo de pan, sino de cultura, hambre de Dios… Esa lucha tiene distintas facetas. Trabajar en proyectos te permite estar en contacto directo con las personas, te motiva, te impulsa… pero todos somos necesarios en esta organización, donde trabajan 4.500 personas de forma voluntaria… Todos tenemos nuestra tarea. La misión, la vocación, el objetivo es el mismo: luchar contra la injusticia y por los que lo necesitan. Ser presidenta es una responsabilidad grande, pero se vive con alegría porque se hace un magnífico trabajo.
Manos Unidas recaudó casi 54 millones de euros en 2009, casi tres cuartas partes provenientes de fondos privados. La gente se fía de Manos Unidas…
La gente se fía, es solidaria y generosa. Incluso en un momento de crisis tan difícil para todos, la recaudación, aunque es provisional, es ligeramente superior al año pasado. Esto permite que de un presupuesto que habíamos hecho, siendo prudentes, vamos a poder invertir en proyectos y sensibilización incluso más que el año pasado. Eso muestra la generosidad y la fidelidad a un trabajo constante, de más de 50 años, en una misma línea, que convence a la sociedad, porque se basa en un desarrollo integral de la persona, es eficiente, es transparente… Porque es austero: un 97% de los fondos llega directamente a los proyectos.
En esta ocasión, la Campaña Contra el Hambre une dos objetivos del Milenio: la erradicación del hambre y la protección del medio ambiente. ¿Por qué?
El lema es «Contra el hambre, defiende la Tierra«. Como dices, queremos unir los dos objetivos: la erradicación de la pobreza y el hambre, con garantizar la sostenibilidad del medio ambiente. Estamos convencidos de que preservar los recursos naturales, los dones que hemos recibidos como un bien común, es esencial para promover un desarrollo digno y auténtico de las personas. Y que los cambios climáticos, a quienes afectan más son a los más vulnerables, a los más pobres. Y esa experiencia la acabamos de vivir en Haití. Hay que tener en cuenta que muchas de las personas que murieron en Puerto Príncipe eran personas desplazadas por un tema de medio ambiente. Porque habían tenido que salir de sus campos, de su medio de vida propio, el rural, porque no podían subsistir con su sistema de vida. Y se tuvieron que desplazar a Puerto Príncipe a vivir en suburbios, y a allí murieron muchos de ellos. Eso nos tiene que cuestionar también. Manos unidas llevaba 30 años haciendo proyecto de desarrollo sostenible en Haití, y en los últimos años haciendo hincapié en las comunidades rurales, porque realmente estas catástrofes les afectan mucho más porque hay un gobierno débil, falta de infraestructuras, desplazamientos forzosos… No sólo hay que actuar en las crisis, sino también estar antes, porque Haití era un país con un 80% de pobreza, y hay que seguir después. Y hay muchos otros países una situación similar o peor que Haití. Tenemos que estar al lado de estas personas que sufren una realidad dramática e injusta, y apoyar todos los sistemas agrícolas que les permitan la subsistencia, poder comercializar esos productos y generar rentas… apoyar sistemas que protejan el medio ambiente, que eviten la deforestación, que tengan una capacidad de reacción ante la sequía, que se proteja la semillas, que se promueva la educación. Y aquí también, tenemos que ser conscientes, y responsables, de las generaciones de hoy y de las futuras…
¿Por miedo o por convencimiento?
La degradación la estamos pagando ahora, la pagarán las generaciones futuras…, pero no tenemos que actuar por miedo a las consecuencias o a los datos dramáticos, sino por convicción, por amor a las personas, por justicia y por compartir lo que es un bien común, para nosotros y los que vienen después.
Manos Unidas nos demuestra cómo es posible cambiar el mundo, cómo los proyectos funcionan, y mejoran la vida de la gente
Mi experiencia vital: he estado trabajando en Brasil, y he visto cómo un proyecto de desarrollo sostenible, integral y perdurable, que acompaña y respeta, con socios locales, como trabaja Manos Unidas, con los que están allí. Ellos tienen que ser protagonistas y participar en su futuro y en la construcción de su futuro. Cuando visitas esos proyectos, ves que transforman la realidad. Y ese transformar la realidad en una comunidad, transforma la vida de personas con nombres y apellidos. Más allá de las cifras: hay 1020 millones de pobres, 1.500 millones que viven bajo el umbral de la pobreza. Pero son hombres y mujeres con nombres y apellidos, sus sueños… y ver cómo un proyecto bien gestionado, dando prioridad a las persona, permite un desarrollo digno y que se sustente en el tiempo, da mucho ánimo, y esperanza. Carga las pilas, y me gustaría transmitir esa experiencia. Hay mucha gente muy generosa que pone sus dones para ayudar a los demás, pero no tiene esa visión. Se puede hacer, debemos hacerlo, en justicia nos corresponde transformar el mundo en un mundo mejor.
¿Qué es Manos Unidas? ¿Dónde trabaja?
Manos Unidas es una ONG de desarrollo de la Iglesia católica en España. Tiene una estructura constituida por 71 delegaciones diocesanas, que nos permite estar por toda España y muy implicados con la sociedad. En los países del sur trabajamos con personas, pero aquí también. La solidaridad se tiene que profesionalizar, hay muchos profesionales que se dedican a la solidaridad. Tenemos proyectos, desde pequeños de 8.000 euros de la construcción de un pozo, hasta proyectos de millones de euros. Trabajamos en Asia, en América, en África, que es donde más proyectos tenemos, y alguno en Oceanía. Los datos provisionales son de 692 proyectos de desarrollo aprobados en ese año, pero hay muchos proyectos vivos, que vienen de otros años….
¿Cuántas personas, con nombres y apellidos, están teniendo más posibilidades?
A lo largo de estos 50 años de historia, son millones de personas las que se han beneficiado de estos proyectos. Eso es lo que nos hace seguir adelante en esta lucha contra el hambre porque esos millones de personas han visto su vida, y la de sus hijos, transformada. Hay proyectos que promueven el fortalecimiento de las mujeres, pero permiten que sus hijos puedan educarse y la comunidad pueda beneficiarse. Si son millones los beneficiarios directos, los indirectos son miles de millones a lo largo de estos 50 años.
Qué les dirías a los españoles ahora
Que sigan colaborando, que ayuden que den sus recursos económicos o de tiempo y de capacidad para contribuir a luchar contra el hambre en el mundo. Entre todos podemos lograrlo, podemos transformar la vida de muchas personas. Hay muchas personas que pasan hambre, que sufren, que no pueden dar de comer a sus hijos, que se levantan pensando qué van a poder comer ese día. Manos Unidas lleva 50 años trabajando, y seguirá haciéndolo de manera transparente, eficaz y austera, y para sensibilizar cambiar nuestra forma de vida. Ser generosos y amar a nuestros hermanos como en justicia se merecen.
Web: www.manosunidas.org
Tfno: 902 40 07 07