La crisis no nos puede dejar igual a todos: no va a dejar igual al Gobierno, a los estados, no puede dejar igual a las entidades financieras, pero tampoco a nosotros
(Jesús Bastante).-«Mi única ideología pretende ser el Evangelio«. Con estas cartas se muestra el nuevo secretario general de Cáritas Española, Sebastián Mora, en una entrevista con RD. Mora se muestra muy crítico con la Ley de Extranjería, el sistema que nos ha llevado hasta la crisis y las políticas de inclusión social que priman lo económico sobre las personas «que lo están pasando muy mal». Durante su mandato, aspira a que Cáritas «esté lo más cerca posible de las fronteras de la pobreza y la exclusión», y a una Iglesia donde se cuiden por igual los aspectos litúrgicos, espirituales y sociales. Convencido de la necesidad de la crítica constructiva y del diálogo, confiesa, como anécdota, que el texto elegido por Zapatero en el Desayuno de Oración, fue el mismo que su mujer y él escogieron antes de casarse.
¿Qué es Cáritas para Sebastián Mora?
Una opción desde hace 20 años, media vida, desde que llego a Madrid. Fue una opción desde mi ser creyente. Tengo dos convicciones muy fuertes: creo en Jesús de Nazaret y creo que Dios se manifiesta especialmente en los más pobres. Empecé a trabajar con Cáritas Madrid en el programa del Sida, cuando no se conocía casi nada de la enfermedad. Cáritas ha sido para mí una opción, una escuela, una familia…
¿Cómo casa la buena imagen de Cáritas con la mala imagen de la jerarquía?
Esta es una división que hace la sociedad. Nosotros no nos cansamos de decir, y con plena convicción, que somos la misma Iglesia. Cáritas no es una organización de la Iglesia, sino la misma Iglesia. Somos los mismos, trabajando por un futuro lo más incluyente posible. Después es verdad que hay personas menos amables en cómo hablan o en lo que dicen… Muchas veces se dice que la Iglesia «sólo» está en contra del Gobierno en algunas leyes, como las del aborto o el matrimonio. Desde Cáritas, en el último año, nos hemos posicionado en contra de tres: la Ley de Extranjería, la crisis y la estrategia 2020. Y los posicionamientos de los obispos también han sido muy claros en estos temas. La declaración de los obispos sobre la crisis es muy clara y muy rotunda, aunque no haya tenido mucho eco. La Iglesia dice bastantes más cosas de lo que la sociedad dice que dice.
¿Os disgusta el cliché que habla de Cáritas como el «brazo social» o la «cara amable» de la Iglesia?
Sí. Los clichés son mentira por definición. En estos días, me han preguntado muchas veces si soy progresista o conservador. Yo contesto: «Espero ser lo suficientemente conservador para que los progresistas no estén de acuerdo conmigo, y lo suficientemente progresista para que los conservadores no estén de acuerdo«.
¿Hay ese margen de maniobra?
Es que esos clichés son mentira, como el de ser espiritual o de acción… Pues yo soy un espiritual de acción. Soy un hombre lo suficientemente eclesial y prudente para que piensen que soy conservador, y lo suficientemente arriesgado para que otros me tachen de progresista. Porque mi única ideología pretende ser el Evangelio. Seguramente nunca me acomodaré del todo ni con unas líneas ni con otras, si es que existen…
Hablemos de los tres ámbitos en los que Cáritas se ha mostrado especialmente beligerante. El primero de ellos, la crisis. Has llegado a decir que «la resaca va a ser muy grande»
Sí. Vamos a vivir una crisis con una resaca importante. Lo primero que encontramos es mucha gente que lo está pasando muy mal, y eso deja muy roto a todos los que están en el día a día. Ves personas mayores, niños, familias, con carencias muy primarias. Lo más doloroso es el sufrimiento de víctimas inocentes. En segundo lugar, hemos asistido a una reorganización interna muy fuerte, que ha cambiado el modelo de intervención en Cáritas. Hemos aumentado muchísimo la atención primaria. No podemos volver a una Cáritas de ropero y reparto de alimento, pero tienes que repartir alimento cuando la gente no tiene con qué comer. ¿Cómo hacer eso de manera digna? En tercer lugar, hemos visto la necesidad de acentuar el aspecto crítico. Cáritas ha sido muy crítica con el Gobierno, y también con la sociedad. Y muy leal. Hemos sido constructivos. Siempre proponemos. La protesta y la propuesta deben ir cada vez más unidas. ¿Qué estamos haciendo? La crisis no nos puede dejar igual a todos: no va a dejar igual al Gobierno, a los estados, no puede dejar igual a las entidades financieras, pero tampoco a nosotros. Debemos evaluar nuestros niveles de acogida, de compartir…. Tenemos que ser muy críticos. Criticar no es sólo decir lo mal que lo hace el Gobierno, sino también lo que nosotros no hacemos bien, como Cáritas, como comunidad cristiana, como personas…
Decías que los servicios de Cáritas prácticamente están al borde del colapso por la crisis…
En este momento, la tendencia no ha cambiado. Hay muchos servicios, en muchas zonas de España, donde hay un verdadero colapso. Se han multiplicado por diez las peticiones de ayuda. Todas las previsiones se agotan: donde antes podías tener un trato más humano y amable, ahora hay número y colas. Lo cuantitativo, por desgracia, a veces nos cambia lo cualitativo. Tenemos que atender al mayor número de personas posibles, pero con la mayor dignidad posible.
¿Qué debemos sacar de la crisis? ¿Qué propuesta de sociedad?
Un primer punto: el modelo económico de había antes de la crisis no puede ser el que salga al final de la misma. La crisis no la ha producido el viento, se ha producido porque había un sistema económico, un modelo social que, en una permanente huida hacia adelante, se ha roto en un momento determinado. Pero somos hijos de un modelo económico. Cuando presentamos Foessa en 2008, manifestábamos ya que el modelo económico había mantenido el número de pobres y había aumentado la desigualdad social, y eso en época de bonanza. Por lo tanto, no volvamos a ese modelo. Un segundo elemento: ir hacia una sociedad más cohesionada. Rescatar el valor de los mercados interiores, no todo tiene que estar hecho por multinacionales. Tenemos que crear una sociedad donde los vínculos sean más próximos. A mayor capital social, menor pobreza, cuando podemos compartir más, podemos vivir mejor. En tercer lugar, tenemos que redescubrir la política. En la última encuesta del CIS, el quinto problema de los españoles son los políticos. Esto es tremendo. Hay que regenerar las personas que están en política y el espacio público. En último lugar, haría un llamamiento a la honestidad de cada uno, con una frase muy sencilla del Papa: Tras todo derecho, hay un deber y una responsabilidad. La responsabilidad personal es fundamental en estos momentos.
2010 es el Año Europeo de lucha contra la Pobreza. Cáritas ya ha dicho que es un fracaso…
El año 2010 fue un año que la misma UE se puso para medir los avances. Por eso decimos que ha sido un fracaso. La crisis ha afectado mucho, pero antes no había avances. Ya ha habido dos eventos de alto nivel donde hemos estado presentes, y ya se ha mencionado que va a aparecer la cohesión social como elementos centrales en la Estrategia 2020. El problema es que en Europa estamos acostumbrados a grandes declaraciones, pero falta que se cumplan. Y el paso que nos queda, es que no sé si vamos a ser escuchados a la hora de estar en los debates para tomar medidas efectivas. Y otro aspecto que nos parece importante: se han de incluir los Objetivos para el Desarrollo del Milenio en la Estrategia 2020. Si es verdad, sería una buena noticia.
También habéis sido muy críticos con la Ley de Extranjería…
Es uno de los temas que ha sido de incidencia pública en Cáritas muy claramente. Es un tema que rompe mucho. Cuando los españoles iban a Suiza, dicen que dijo un ministro de aquel país: «Nosotros pedimos mano de obra, y nos mandan personas«. Yo creo que ése es el trato que estamos teniendo aquí con los inmigrantes. En el momento en que no nos valen como mano de obra, les estamos pidiendo que se vayan. Y con una diferencia de seis meses, que pedíamos que viniesen inmigrantes, ahora se pagan retornos. Son medidas cortoplacistas, donde la dignidad de la persona no se tiene en cuenta…. Dentro de poco estaremos de nuevo pidiendo inmigrantes. Aquí, coyunturalmente los echamos fuera. No estamos teniendo en cuenta que son personas que han contribuido en los años de bienestar, que son capital social, que son personas con una alta natalidad, jóvenes, con muchos años por delante y ganas de arraigarse y crear, que nos están cambiando y enriqueciendo. Porque la inmigración no es un problema, es una riqueza, evidentemente con complejidades pero nos están enriqueciendo como sociedad con su presencia, con nuevas culturas, formas de ver y de ser… No estamos teniendo en cuenta nada más que con esta coyuntura nos sobran. Y sacamos debates muy xenófobos y excluyentes. Tenemos que tener mucha calidad para ver esto como un tema de futuro y de enriquecimiento de la sociedad.
Sustituyes a Silverio Agea, que ha marcado una impronta. ¿Hacia dónde va Cáritas?
A Silverio lo conozco desde hace 16 años. En la última asamblea le agradecí públicamente su trabajo. Cáritas va a ir hacia donde las Cáritas diocesanas vayan yendo. Este es un trabajo muy plural. Con tres líneas muy claras: una línea de presencia muy intensa en los lugares de pobreza. Cáritas es el rostro misericordioso de la Iglesia, y tenemos que estar lo más cerca posible de las fronteras de la exclusión. Un segundo punto: tenemos que mejorar mucho la comunicación que hacemos a la sociedad de lo que hacemos, y de la pobreza que existe, así como la sensibilización para que las personas colaboren. Y un tercer elemento, de incidencia tanto en la comunidad cristiana como en el resto de dimensiones. Siempre sueño con una catequesis y liturgia más caritativa, y viceversa. Nuestra vida cristiana es una, y tiene que estar imbuida de todas las dimensiones. Y junto a ello, debemos apostar por una mayor incidencia en el debate público y político.