Critica a las "señoras de escaño y cartera, que brindan con burbujas esta extraña victoria legal"
De «increíble sentencia de muerte», califica Jesús Sanz Montes la nueva ley del aborto en su carta semanal a los fieles, una cita por escrito con la comundiad eclesiástica que el nuevo arzobispo suele adelantar en la web del arzobispado. Lo cuenta Leticia Álvarez en El Comercio. En esta misiva, prevista para el próximo domingo, y dedicada al 25, día de la Anunciación a María, Sanz Montes arremete contra la nueva normativa porque, explica, parte de quienes «construyen con ideología de holocausto, una filosofía y una antropología que no tienen rigor de argumento».
Señala el arzobispo que «no saben o fingen no saber quienes no quieren oír de veras a la comunidad científica ante el dato biológico del comienzo del ser humano» y, que, con el pretexto de defender unos pretendidos derechos de la mujer pretenden sacar importantes réditos políticos y económicos (no siempre disociados, por cierto).
El prelado va incluso más allá y califica de «esperpento» al que «asistimos de unas señoras de escaño y cartera, que brindan con burbujas esta extraña victoria legal: tener más licencia para matar más al ser más inocente e indefenso, al que ni siquiera le permitieron llorar». Y añade: «Triste foto las de las brindantes y cuantos las apoyaron, alegrándose por tan macabros trofeos de caza donde las piezas de cacería son bebés cuyo nacimiento truncaron».
Finalmente, Jesús Sanz Montes llama a la defensa de la vida del no nacido «defendiendo la vida de la madre, como defendemos igualmente la del que ha nacido y sigue su curso con mil dificultades de todo tipo, o la vida del que ha llegado por edad o enfermedad a su fase terminal».
Para el máximo representante de la Iglesia asturiana, lo más importante en estos momentos es «estar cerca de las mujeres gestantes, ayudándolas de todos los modos posibles antes, en y después del nacimiento de sus hijos».
En ese sentido pide no «dar por cumplida la batalla contra la mayor contradicción de nuestra época, en el aquí y el ahora, con la nueva ley del aborto, increíble sentencia de muerte».
Por eso concluye su carta dedicada al 25 de marzo, día en que el arcángel Gabriel anunció a María, con un mensaje que ya repitió en más ocasiones: «Matar al niño dentro de una mujer que lo ha concebido, es sentenciar de muerte a la propia madre como ellas mismas testifican».