Manos Unidas estudia, desde el terreno, por dónde debe "atacarse" la reconstrucción del país caribeño
(Waldo Fernández, Manos Unidas).-Una vez superada la primera fase de emergencia, un equipo de Manos Unidas se ha trasladado a Haití para evaluar la situación sobre el terreno y valorar, junto con nuestras contrapartes y otras organizaciones locales, por dónde debe «atacarse» la reconstrucción del país caribeño. Una reconstrucción que habrá de vincularse a procesos de cambio y transformación y aun desarrollo que reduzca la vulnerabilidad social, promueva la producción nacional, elimine la pobreza extrema y mejore la calidad de vida.
«En cuanto a la destrucción… Claro, que no es lo mismo verlo por la tele o tener las cifras de muertos, damnificados… En Puerto Príncipe y en las demás zonas afectadas hay muchos edificios de los que apenas han movido escombros. Es curioso, pero ves que se ha caído el Palacio Nacional, y un edificio de cuatro plantas que está al lado no tiene un rasguño… Parece que los movimientos de las placas tectónicas son un tanto caprichosos: aquí golpeo y aquí no…
Sí es importante que las calles estén más o menos abiertas; accesibles. Se ven grupos de gente trabajando con escobas, palas, carretillas… en labores de limpieza y de desescombro. Todo ello, en medio de un penetrante olor a muerte y a miseria.
En Puerto Príncipe ya se circula con «normalidad», incluyendo en este concepto los atascos continuos, el caos permanente… Dentro de la normalidad está la existencia (¿hasta cuándo…?) de cientos de campamentos de damnificados. Surgen en los sitios más inverosímiles, en un parque, en el aparcamiento de unas oficinas, en las cunetas, en el solar…
Los servicios también se van recuperando con mucha lentitud. Porque en realidad tampoco los había antes… La luz, el agua, la cobertura telefónica… La gente está acostumbrada (y casi nosotros nos acostumbramos) a que si hay luz hay agua, y si hay agua te duchas, y si no, agua y ajo…
Para terminar esta primera crónica, podría decir que se aprecia en la gente mucha dignidad. Están golpeados, pero dignos, no lastimeros. Se les ve activos. Están descombrando sus casas. A golpe de mazas recuperan las varillas de hierro, los trozos de ventanas, trozos de madera que pueden servir. Van allanando los solares…
Y lo hacen ellos, igual que hicieron en los primeros momentos, cuando levantaron los primeros campamentos, y solo con las manos fueron buscando vida entre las piedras…».