En los primeros meses de 2010, es la pérdida de la esperanza lo que constatamos a diario
Bajo el título «Cáritas ante los recortes sociales y económicos«, Cáritas Diocesana de Barcelona emitió ayer el siguiente comunicado: «Ante las medidas que el Gobierno español ha hecho públicas en un intento de contrarrestar los efectos de la crisis, y los anunciados recortes que el Gobierno de la Generalitat y los gobiernos locales se disponen a aplicar, Cáritas quiere hacer llegar a la sociedad su reflexión. Esta reflexión nace del contacto y del trabajo diario con algunos de los sectores más frágiles de esta sociedad.
A la vez, Cáritas -Diócesis de Barcelona, Sant Feliu de Llobregat y Terrassa- subscribe el reciente comunicado, crítico con las medidas, de la Taula del Tercer Sector, de la cual forma parte a través de la red de Cáritas Cataluña.
Desde Cáritas asistimos diariamente al sufrimiento de las personas que llevan mucho tiempo viviendo en una situación de precariedad económica continuada. Este sufrimiento está llegando ya a extremos insostenibles para un sector importante de las personas atendidas. Los recortes previstos no harán sino incrementar este padecimiento.
En Cáritas hemos asistido en los dos últimos años al proceso de deterioro vivido por muchas personas y familias. En los años 2008-2009 constatamos el alarmante aumento de personas que se dirigían a Cáritas y también a las parroquias, bien por primera vez, o porque -nuevamente- no podían hacer frente a las necesidades más básicas. Su principal demanda, sin embargo, era trabajo. Un puesto de trabajo para poder ganarse la vida dignamente.
Ahora, en los primeros meses de 2010, es la pérdida de la esperanza lo que constatamos a diario. Por ello, no podemos callar. El coste social y humano que generan la fragilidad y la debilidad continuadas en la vida de las personas puede llegar a ser irreversible y hace especialmente vulnerables a los niños y los jóvenes que son el futuro de toda sociedad.
Hay, de forma insistente, en nuestra sociedad, una pobreza estructural que mantiene a las personas bajo el umbral de la pobreza (8.748 € total de ingresos anuales, en 2008, Idescat/INE). Esta es una pobreza conocida, y consentida, por los Gobiernos, que siguen aceptando que la gente perciba pensiones y prestaciones por debajo de este umbral de pobreza. Miles de personas en Cataluña y entre 3,3 y 3,6 millones en el Estado español se encuentran en esta situación.
Cáritas cree que:
– Es necesario evitar que el recorte en el gasto social recaiga una vez más en los de siempre: los pensionistas, los trabajadores/as con salarios precarios, los jóvenes en periodo de formación sin acceso al primer trabajo, las familias con graves dificultades para subsistir. Y es moralmente injusto que, por ahora, no se contemple un aumento de impuestos a las rentas más altas.
– Es inadmisible que se recorte la ayuda a proyectos de desarrollo en países empobrecidos cuando la vida de las personas depende a menudo de esa ayuda.
– Los derechos constitucionales al trabajo y a la vivienda digna han sido, y siguen siendo, para muchas personas en nuestra sociedad, papel mojado. La acción política de los Gobiernos, sea cual sea el partido político en el poder, no puede atrasar por más tiempo la efectividad de estos derechos. Son los dos factores claves que sustentan o pueden hundir la economía familiar.
– Es urgente la reforma de un sistema económico que favorece el máximo lucro de unos pocos y que olvida que el primer deber de la economía es administrar los recursos y transformarlos con el fin de obtener bienes y servicios que satisfagan las necesidades humanas del conjunto de la sociedad.
– Cáritas, a pesar de sus limitaciones, seguirá acogiendo a las personas que no pueden cubrir sus necesidades más básicas, pero es muy consciente que ninguna acción social, pública o privada, puede sustituir la acción política de los Gobiernos, verdaderos responsables de trabajar por el bienestar social de la comunidad.
