Vivimos un tiempo de exacerbada 'Caravaggiomania'
El director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci, descarta que el cuadro «Martirio de San Lorenzo» hallado en Roma entre las propiedades artísticas de la Compañía de Jesús sea obra de Michelangelo Merisi, más conocido como Caravaggio.
«No hay calidad, mientras que en Caravaggio la calidad siempre existe y es altísima, también cuando hace uso del máximo descuido y de los mínimos recursos expresivos», escribe Paolucci en un artículo que publica hoy el diario vaticano «L’Osservatore Romano», donde afirma que la obra hallada es «una copia modesta» de un original de la época de autoría desconocida.
La opinión del experto descarta así la hipótesis de la atribución del cuadro a Caravaggio, sugerida por un artículo del mismo periódico el pasado 17 de julio, justo en la víspera de la conmemoración del cuarto centenario de la muerte del considerado maestro del claroscuro.
«Vivimos un tiempo de exacerbada ‘Caravaggiomania'», sentencia Paolucci, para quien la leyenda de la muerte del pintor o el éxito de la última exposición dedicada al maestro en Roma -con cerca de 600.000 visitantes- han generado «el apogeo de un consenso universal» hacia su figura.
«Su historia y su destino de ‘pintor maldito’, de transgresor y de subversivo, se reflejan como en un espejo en el temperamento, las expectativas, las simpatías de las mujeres y hombres de hoy», sostiene el experto.
El lienzo representa a un joven tumbado sobre una mesa envuelta en llamas, con la boca abierta y gesto de dolor y una mano extendida en busca de ayuda.
«Si miras de cerca ves manos con perspectivas erróneas, anatomías torpes y desarticuladas en los desnudos que aparecen en segundo plano a la derecha, drapeados inciertos y un esparcimiento pictórico inadecuado», argumenta Paolucci.
El pasado 17 de julio el rotativo del Vaticano explicaba que el cuadro, encontrado en Roma entre las propiedades artísticas de los Jesuitas, muestra claras similitudes con otros cuadros de tema religioso pintados por el genio lombardo, como la «Conversión de San Pablo» o «El martirio de San Mateo».
No obstante, el diario ya advertía entonces de que «es fácil caer en la tentación» de declarar que se trata de un Caravaggio «a toda costa» y de que las investigaciones aclararían si es auténtico.
(Rd/Efe)