El rector, Ildefonso Camacho, puso al beato Newman como "modelo para el teólogo"
El jueves 7 de octubre la Facultad de Teología de Granada inauguró el curso 2010/2011 con la misa del Espíritu Santo, celebrada en el Monasterio de la Cartuja y presidida por el Obispo de Guadix, D. Ginés García Beltrán.
En su homilía, el prelado recordó sus años de formación teológica en la Facultad y subrayó la importancia para la teología de abrirse al misterio de Dios que es el camino para descubrir el misterio del hombre.
Más tarde, tuvo lugar en el salón de actos de la Facultad un acto académico presidido por D. Francisco González Lodeiro, Rector Magnífico de la Universidad de Granada. En sus palabras de saludo anunció la próxima creación de una Cátedra de Teología en el marco del convenio vigente entre las dos instituciones.
La lección inaugural corrió a cargo de Serafín Béjar, profesor de Cristología en la Facultad, con el título de: «El oficio de la teología entre Jerusalén y Emaús».
Su intervención estuvo articulada en torno a preguntas como estas: ¿qué sentido tiene hoy día una labor como la teología? ¿en qué consiste su discurso? ¿cuáles son los intereses que inquietan al teólogo? ¿de qué método de trabajo hablamos cuando nos referimos a su oficio? ¿cuál es el sentido que tiene para nuestro «hoy» la reflexión teológica?
En una palabra: ¿cómo hacer teología en un escenario histórico situado entre modernidad y postmodernidad? Las ciudades bíblicas de Jerusalén y Emaús le sirvieron como metáforas para responder a todas estas preguntas.
A continuación intervino el Rector de la Facultad de Teología, P. Ildefonso Camacho. Contempló la figura del Cardenal Newman, recientemente beatificado, como modelo para el teólogo, ante todo por su búsqueda incesante de la verdad. Es lo que justifica la tarea del teólogo en la Iglesia, que actúa con una misión que recibe de la Iglesia y que se compromete con esa difícil tarea de servir de puente entre el misterio de Dios y los hombres y las mujeres de nuestro tiempo.
La Facultad de Teología, como institución de la Compañía de Jesús, quiere realizar esta tarea de acuerdo con la misión propia de estar en las fronteras, que Benedicto XVI reconoció a toda la Compañía.