Arranz: "Es necesario evitar el adoctrinamiento, por una parte, y una neutralidad tan respetuosa como estéril, por la otra"
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, fue el encargado hoy de inaugurar oficialmente en el Aula Magna de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) el curso académico 2010-2011 de la institución académica. Seguir leyendo el arículo
Instantes antes, Rouco Varela ha destacado ante los medios de comunicación congregados el carácter «histórico» de la Institución académica salmantina, pues «conecta con la tradición más antigua de la Universidad de Salamanca».
El acto tuvo lugar en el Aula Magna y contó con la presencia del gran canciller de la UPSA y obispo de Salamanca, Carlos López Hernández, el rector de la UPSA, Marcelino Arranz Rodrigo, y el director general de Universidades de la Junta de Castilla y León, Juan Casado Canales, entre otras autoridades.
En este sentido, el rector mostró su satisfacción porque la matriculación cuenta con mejores datos que el año precedente, ya que se computan 200 alumnos más que en las mismas fechas del año pasado, aunque no se ha terminado el plazo para inscribirse.
Arranz, que ya ha cumplido el plazo máximo de permanencia al frente de la UPSA, cuenta con un permiso de la Iglesia para continuar hasta que se nombre nuevo rector. De todas formas, apuntó que, a pesar de estos momentos de traspaso de poderes, la UPSA «va a seguir funcionando igual».
La ceremonia comenzó con la lectura de la Memoria del pasado curso, a cargo del secretario general de la UPSA, Luis Miguel Pedrero Esteban. Posteriormente, el profesor de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales José Manuel Alfonso Sánchez pronunció la lección inaugural titulada ‘La Facultad de Pedagogía de la Universidad Pontificia de Salamanca. Cincuenta años de historia, memoria y vida’.
Previamente, antes del acto académico, a las 11.00 horas, tuvo lugar una misa concelebrada, presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal Española Rouco Varela en la iglesia salmantina de La Clerecía.
La intervención del rector
El rector de la Universidad Pontificia de Salamanca, Marceliano Arranz Rodrigo, dedicó su discurso inaugural a profundizar sobre la misión y el futuro de las universidades católicas en un momento en el que «se impone la mutua corrección y el diálogo entre la fe y la razón». Arranz señaló que «es misión de la universidad católica ejemplarizar ante sus alumnos los valores que proclama».
Acompañado por el arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Antonio María Rouco Varela, y por el obispo de Salamanca y Gran Canciller de la UPSA, monseñor Carlos López, Arranz hizo hincapié en algunos de los retos de las universidades católicas: el alumnado, las enseñanzas y la excelencia académica.
En el primer punto, el rector señaló la necesidad de que estas universidades estén «abiertas a todos los hombres, incluidos los que no comparten sus creencias, siempre que las respeten. No parece propio que una universidad católica reserve sus plazas sólo para alumnos que participen de sus ideales. Sería poco práctico, ya que buena parte de nuestra labor ya estaría realizada».
No obstante, Arranz apuntó la dificultad de llevar a cabo esta tarea de manera correcta, «ya que es necesario evitar el adoctrinamiento, por una parte, y una neutralidad tan respetuosa como estéril, por la otra».
En cuanto a las enseñanzas, señaló que debe estar «abierta a todo el hombre y promover una actitud positiva ante la moralidad y la religión». Por esta razón, reclamó la necesidad de «mantener facultades de ciencias eclesiásticas, aunque desde el punto de vista económico pudieran resultar deficitarias».
Sobre la excelencia académica, mostró su desacuerdo en cargar su coste en la matrícula de los alumnos, para evitar que la universidad sólo sea asequible para las clases altas y elites económicas. Arranz recordó la vocación marcadamente social de la universidad de la Conferencia Episcopal Española.
Lejos de expresar su queja por la falta de ayudas públicas, Arranz animó a «gestionar con sabiduría nuestras limitaciones. No para quedarnos pasivos ante ellas, sino como punto de partida para buscar y descubrir nuevas posibilidades». En este sentido, añadió que «no podemos hacer todo lo que hacen todas las universidades. Los pequeños, como nosotros, sólo sobreviven si se especializan. Por lo tanto, aunque nuestro ámbito de actuación sea menor, tenemos que lograr que sea excelente».
El cardenal Rouco Varela también se refirió a la misión y futuro de la universidad e instó a la universidad a que no abandone el espíritu de comunión con la Iglesia ni sus responsabilidades culturales, para seguir contribuyendo al bien de la sociedad.
Por su parte, el profesor de Pedagogía José Manuel Alfonso Sánchez fue el encargado de pronunciar la lección inaugural, titulada La Facultad de Pedagogía de la UPSA. Cincuenta años de historia, memoria y vida. Tras repasar la historia de la Facultad, el profesor recalcó que tras sobrevivir a condiciones económicas más difíciles que las actuales, «nada hace pensar que no pueda hacerlo en un futuro».
Además del cardenal y el obispo de Salamanca, estuvieron en la inauguración el rector de la Universidad de Salamanca, Daniel Hernández Ruipérez, el director general de Universidades de la Junta de Castilla y León, Juan Casado Canales; los obispos de Ávila, monseñor Jesús García Burillo; Sigüenza-Guadalajara, monseñor José Sánchez González; y Ciudad Rodrigo, monseñor Atilano Rodríguez Martínez; el alcalde de Salamanca, Julián Lanzarote; el delegado del Gobierno, Jesús Málaga; así como los patronos de la UPSA, José Lladó Fernández-Urrutia, Rodolfo Martín Villa y Martín González del Valle. (RD/Agencias)