Va a asistir todo el mundo que entre. Nunca mejor dicho, hasta completar aforo
La visita de Benedicto XVI a la Catedral de Santiago será breve pero intensa. Apenas 45 minutos le bastarán para cumplir con el ritual xacobeo y contemplar la obra cumbre del mestre Mateo. Lo cuenta Lara Quintana en El Correo Gallego.
Pese a que para el 6-N el Pórtico continuará parcialmente cubierto de andamios, el Papa recibirá una clase exprés que le permitirá conocer los rasgos fundamentales del conjunto escultórico, adelantó ayer el coordinador general del viaje, Salvador Domato, en una entrevista concedida a RNE.
Mientras sigue las explicaciones, escuchará las populares chirimías, una melodía que suena en la basílica desde la época medieval. Sirve de banda sonora en la celebración de grandes solemnidades y acontecimientos señalados y, como no podía ser de otro modo, su música también deleitará a Ratzinger.
A continuación, atravesará la nave central y se dirigirá hacia la Puerta Real (el acceso a la tienda) para salir a la praza da Quintana. Saludará al público allí congregado y se introducirá de nuevo en el templo por la Puerta Santa. Descenderá hasta la cripta y, una vez venerados los restos del Apóstol, abrazará al santo y se acercará al altar mayor, concreta Salvador Domato. Escuchará un «brevísimo saludo» de monseñor Barrio y responderá, a su vez, con un corto discurso. Rezará el padrenuestro y la oración de la misa del 25 de julio y, antes de abandonar la basílica, contemplará el botafumeiro.
El momento cumbre del viaje papal llegará sin lugar a dudas en la sobremesa. A las 16.30 horas arrancará la eucaristía que el Pontífice presidirá en el Obradoiro. Solo siete mil personas podrán seguir la homilía desde la propia plaza. Seis mil sillas se han reservado para los fieles y el resto se repartirán entre sacerdotes, autoridades y un reducido grupo de invitados del arzobispo. «Va a asistir todo el mundo que entre. Nunca mejor dicho, hasta completar aforo», continuó Domato. El espacio se dividirá en seis zonas y, cada uno de los espectadores, recibirá un folleto indicativo a fin de que sepa dónde sentarse o cómo acudir al servicio.
Con los preparativos de la visita ejecutados al 90%, la Iglesia cruza los dedos para que no llueva el próximo seis de noviembre. «En los viajes del Papa todo se puede solucionar, menos el problema meteorológico», apostilla el responsable.
Ratzinger aterrizará en Lavacolla a las 11.30 horas. El arzobispo de Santiago le saludará a los pies de la escalerilla del avión y, a continuación, le presentará a los Príncipes de Asturias. Los himnos nacionales de España y de la Santa Sede darán paso a una compañía de honores. Don Felipe pronunciará un breve discurso y el Papa le responderá. Tras dirigirse a las autoridades nacionales, autonómicas y municipales allí presentes -además de a las más altas esferas eclesiásticas- el Pontífice mantendrá una entrevista privada con los representantes de la Casa Real. Justo después, saldrá en el papamóvil hacia el centro.