El cardenal denunció la “actual tendencia a reducir lo religioso a lo cultual” y aseguró que “lo religioso no se agota en lo cultual o en lo ritual”
(José Manuel Vidal).-Broche de oro a las VII Jornadas de la Facultad de Teología de Comillas. Con una ponencia documentada, seria y didáctica del cardenal de Barcelona, Lluis Martínez Sistach. El prelado catalán, con su habitual estilo moderado y dialogante, quiso sentar las bases de una «sana» laicidad y, en concreto, aseguró que «no es necesaria la reforma de la ley de libertad religiosa». En charla informal, tras la conferencia, se mostró convencido de que la visita papal a Barcelona «será un éxito» y será vista por más gente que las Olimpiadas de Barcelona de 1992.
A escasas dos semanas de la visita del Papa a Barcelona, para consagrar el templo de la Sagrada Familia, el cardenal Sistach se muestra gratamente sorprendido del eco que la visita está teniendo ya. Y aduce, como prueba, el que «ya se han acreditado 2.700 periodistas». Pregunta si es una cifra mediáticamente relevante y explica: «Es que el Papa y la Sagrada Familia juntos son iconos irresistibles».
Previamente, en su conferencia, titulada «La libertad religiosa. Relaciones Iglesia-Estado», el cardenal de Barcelona hizo un repaso de la situación de la libertad religiosa y de la laicidad en España. A la luz de la Constitución, del Concilio Vaticano II y de los Acuerdos Iglesia-Estado.
Y reivindicó el clásico axioma de la época del cardenal Tarancón, que regían las excelentes relaciones de la Iglesia católica española con el Estado: «Mutua independencia y sana colaboración».
Porque, para el cardenal de Barcelona, «la Iglesia existe para evangelizar y necesita libertad para anunciar a Cristo». Porque, «el derecho a la libertad religiosa brota de la misma naturaleza humana».
El cardenal denunció la «actual tendencia a reducir lo religioso a lo cultual» y aseguró que «lo religioso no se agota en lo cultual o en lo ritual». De ahí que el Estado tenga que proteger lo religioso y la libertad religiosa», sin «pretender ser indiferente ante la religión» y sin «relegar lo religioso a la esfera privada ni negarle relevancia social, como dijo el papa en su discurso en Westminster Hall».
Sistach asegura que la Constitución española no opta «ni por una España católica ni por una España laicista». Porque «la laicidad española es positiva, de colaboración y abierta hacia el valor religioso y hacia su promoción». Además, «la laicidad en España, teóricamente, implica una valoración positiva de la religión y de las religiones» y «el Estado tiene que tener muy presente la religión de los ciudadanos».
«La bondad social del hecho religioso»
Para el cardenal de Barcelona, hay que aceptar sin reservas «la bondad social del hecho religioso y su utilidad social» y no caer en el laicismo, entendido como «rechazo de la fe y de la presencia de la Iglesia en la vida pública». Porque «el Estado es laico, pero la sociedad no lo es ni debe serlo».
Siguiendo éstos y otros principios teóricos, el cardenal Sistach terminó asegurando que, a su juicio, «no es necesaria la reforma de la ley de libertad religiosa», porque, en la ley vigente, «está suficientemente tutelado el derecho a la libertad religiosa».
Terminada la conferencia del cardenal Sistach, el rector de la Universidad Pontificia de Comillas, José Ramón Busto, dio las gracias al cardenal y a los demás profesores que intervinieron en las Jornadas, asi como al organizador de las mismas, Gabino Uribarri, decano de la Facultad. Y animó al numeroso público presente en el aula magna a apuntarse también para las del próximo año.
