Durante el viaje, degustará una selección de productos catalanes
La comida, la bebida y hasta el nombre del avión. El idioma de la misa no será lo único con raíces catalanas que haga suyo el Papa en su visita a Barcelona. En el viaje de vuelta a Roma, Benedicto XVI disfrutará de un más que copioso menú que da buena cuenta de la tradición gastronómica catalana.
De la mano del cocinero Sergi Arola, colaborador habitual de Iberia, el Papa podrá degustar coca de recapte -una coca salada con verduras y sardina-, caldo de escudella y carn d’olla -el tradicional cocido catalán-, canelones y arroz al estilo pagés. De postre, claro, toca crema catalana y panellets, los típicos dulces de Todos los Santos elaborados con masa de almendra molida y patata.
La bebida redondea el menú: vino del Penedès y cava. Y en la mesa, lejos de las clásicas bandejitas de plástico, el Papa podrá disfrutar del menú sobre una lencería elaborada artesanalmente con hilo natural, encaje de bolillos y bordada con el escudo del Papa y la leyenda ‘Sagrada Familia’. El avión que le llevará a Roma es el Airbus A321 ‘Delta del Llobregat’.
La selección musical incluye clásicos españoles como Joaquín Rodrigo, Granados o Albéniz, combinados con piezas de Mozart -del que Benedicto XVI parece ser fan-. A esto se le suma un pequeño detalle familiar: una grabación en directo de los años 60, cedida por RNE, en la que se recogen las voces del coro de la Catedral de Ratisbona, dirigido durante 30 años por el hermano del Papa, Georg Ratzinger.
Sagrada Familia de chocolate
Una réplica en chocolate de la Sagrada Familia será uno de los postres del almuerzo que degustará el próximo domingo el papa Benedicto XVI en el Arzobispado de Barcelona, según ha informado a Efe Jordi Sempere, responsable del proyecto que ha llevado a cabo la Escuela de Pastelería del Gremio.
Esta Sagrada Familia de chocolate es un encargo del Arzobispado de Barcelona, que será entregada al pontífice por los cuatro profesores de la citada escuela poco antes del almuerzo y se servirá como postre junto a la tradicional crema catalana.
La ‘mona‘, que reproduce con detalle la fachada del Nacimiento del templo, ha sido esculpida y modelada con 50 kilos de chocolate macizo y su peso final se acerca a los 35 kilos.
«Con ayuda de herramientas para trabajar la madera, como cinceles o gubias, hemos ido tallando, sobre todo, la entrada, la torre y las ventanas» de la catedral concebida por Antoni Gaudí, ha explicado el profesor Jordi Sempere.
Sempere será uno de los profesores que entregará al papa la tarta, en cuya construcción han participado un total de 20 personas durante 25 días y que tiene una base de 70 por 70 centímetros y una altura de 1,20 metros.
La envergadura del proyecto no ha supuesto una gran dificultad para Sempere, quien ha asegurado que lo «más complicado» ha sido hacer una «pieza que todo el mundo conoce». «Tienes que hacerlo más fiel» al original, ha sentenciado.
La Sagrada Familia de chocolate se servirá de postre en la comida que se celebrará en la residencia del cardenal después de la dedicación del templo.
En el almuerzo, que será elaborado por la Escuela de Hostelería de San Ignacio de los jesuitas, estarán presentes los obispos que hayan participado en la celebración.
Seguidamente, el santo padre tendrá un tiempo de descanso y se trasladará a la Obra Benéfica Nen Déu, donde realizará una plegaria junto a los alumnos de este centro, dedicado a la formación de disminuidos físicos y psíquicos.
Tras este acto, el pontífice regresará a Roma en un Airbus A321, donde cenará un menú elaborado con productos catalanes, que serán servidos con mantelería de hilo natural y encaje de bolillos. (RD/Agencias)
