Destemplanza en el discurrir y el hablar en que con frecuencia incurrimos quienes nos ponemos hablar de cosas santas y sagradas, en las que nos imaginamos que metemos a Dios, cuando en realidad lo que metemos es la pata hasta el fondo.
(José María Castillo).- Desde que, hace poco más de un año, empecé a publicar este blog, yo me pregunto si es posible hacer teología utilizando el insulto, la agresión, la ofensa y la descalificación como argumento. De ahí, la pregunta que me planteo tantas veces: ¿es posible hacer teología mediante ofensas, insultos y agresiones todo el que no piensa como yo? Por desgracia, en el mundo mediático de la religión, es frecuente que quien lee algo que contraríe sus propias ideas o intereses responde enseguida, no ya dando argumentos, para defender sus propias convicciones, sino propinando expresiones humillantes al que se atreve a decir lo que a mí no me gusta o afirma lo que yo pienso que es falso. De ahí, mi pregunta, que repito de nuevo: ¿se puede hacer teología utilizando como argumento la agresión al contrario?
Para leer el artículo completo pincha aquí: