Y en una vieja patera se hicieron al mar

La Navidad de Happiness

“Pues entonces, ¡feliz nacimiento, Happiness!”. “¡Feliz Navidad, Jesús!”

La Navidad de Happiness
La Navidad de Happiness

Y luego la pequeña Happiness se despertó y, de pronto, sus ojitos negros se encontraron con los ojitos negros de otro niño recién nacido como él.

(José Arregi).- El pasado 13 de Diciembre, fiesta de Santa Lucía, apareció en la prensa este reportaje que refería el nacimiento de una niña en unas circunstancias sorprendentes, que no sabría exactamente si calificar de venturosas o infelices. El estilo literario del relato es mediocre, comparado con los primeros capítulos de Lucas o de Mateo, pero tal vez podría ser proclamado como evangelio en la misa del gallo y el día de Navidad. Decía o, mejor, rezaba así:

En tiempos del emperador sin nombre, que algunos llamaban Banco Mundial o también Mercado Financiero y que, sea el que fuere su nombre, gobernaba sin entrañas sobre toda la Tierra, siendo Obama cada vez menos presidente de los Estados Unidos y de otros muchos Estados separados, siendo Hu Jintao gobernador de China, estrella ascendente de todo el planeta, siendo Rodríguez Zapatero administrador en dificultades de una hermosa península hecha de pueblos y rodeada de mares, en tiempos del asedio global en que aquellos que querían cambiar la Tierra no podían y aquellos que podían no querían, envió Dios al ángel Gabriel a una pequeña ciudad nigeriana de nombre desconocido, a una joven muy negra y valerosa llamada Judith, casada con un joven de nombre también desconocido y corazón resuelto.

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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