En cuanto al emperador, ordenó a sus satélites que pusieran a salvo a Happiness en el mejor hospicio de Almería, que les dieran papeles, ciudadanía, un trabajo y una pensión, y que los medios lo airearan como prueba de la bondad del sistema
(José Arregi).- Tal como el ángel había anunciado y quedó contado en su lugar, la niña Happiness (que quiere decir «Felicidad»), llamada también por los cristianos «el Niño Jesús», nació en una patera, en medio del mar, cerca de una islita volcánica llamada Alborán, entre Almería y África, en tiempo del gran emperador sin nombre y sin entrañas.
Por entonces, tres sabios o sabias de oriente y occidente se presentaron en New York City y se dirigieron al palacio principal del emperador sin entrañas, situado en el centro de la Wall Street, entre Broadway y el East River, en el bajo Manhattan. Entraron juntos en el palacio y dijo la primera: «Soy hombre y mujer, indígena y negra, blanco y mestizo. Soy de todas las religiones y de ninguna religión. Vengo de las tierras afro-indio-americanas del Norte, del Centro y del Sur, de la tierra de los mapuches, del Chocó y de Haití, y de la frontera de Río Grande entre la miseria y la muerte o viceversa.
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