"Da gusto leer respuestas que se sitúan plenamente en el terreno de lo opinable, de lo personal, como puede hablar cualquiera que no sea papa"
(Joaquín Gomis en E Ciervo).- Jordi Pérez Colomé decía que era mi garganta profunda en el Vaticano. En realidad, solo nos veíamos un par de días al año con motivo de la reunión en Barcelona del consejo de la revista de liturgia Phase. Lo que sí es verdad es que un servidor aprovechaba la ocasión para sonsacarle información y que él con gusto, con cierta pillería de buen valenciano, me la proporcionaba aunque supiera que yo preguntaba pensando en mis artículos («eso no lo escribas», decía en alguna ocasión, no sé si muy convencido). Pienso que este intercambio entre él y yo, podría sorprender a quien solo identificara al carmelita Jesús Castellano como uno de los mejores especialistas en liturgia y espiritualidad, autor de obras importantes y muchos años profesor en Roma (decano del Teresianum). Y, además, consultor de varios ministerios de la curia romana, miembro de la comisión organizadora de las celebraciones papales. Consultor sobre todo de la Congregación para la Doctrina de la Fe, lo que implicaba una muy cercana relación con su jefe, el cardenal Ratzinger.
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