Hoy, para todos brilla la luz, a todos se nos ofrece el resplandor del reflejo de la mirada del Salvador del mundo. Cada ser humano transporta el tesoro del icono divino. Para todos se enciende la estrella de la esperanza, del horizonte luminoso
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(Ángel Moreno, de Buenafuente).- Hoy es día de luz y de gloria, brilla la estrella, amanece el resplandor de la aurora para Jerusalén y para todas las naciones. «También los gentiles son coherederos del mismo cuerpo y partícipes de la promesa, por el Evangelio».
Hoy es día de adoración, de ofrenda gratuita, de regalo, de amor. «Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra».
Tres llamadas se escuchan en la puerta del corazón: La luz, la universalidad, la adoración. Jesucristo, el Hijo de María, el adorado por los pastores en Belén, el pequeño circuncidado, es la Luz de las naciones, es el Hijo de Dios, que ha venido para salvar a toda la humanidad.
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