La escuela y la inteligencia emocional

En defensa de la competencia espiritual (I)

Ingrediente esencial del currículo educativo

En defensa de la competencia espiritual (I)
La importancia de la inteligencia emocional

El fin es la inteligencia emocional. Pero no podemos llegar a ese fin si no nos servimos de la competencia emocional como medio, y de todas las subcompetencias que posibilitan la educación emocional.

(José María Bautista, Escuelas Católicas).- Los de «afuera» han tardado siglos en readmitir la competencia espiritual como ingrediente esencial del currículo educativo. La inmensa mayoría de psicólogos, pedagogos, sociólogos, hasta algún político, incluso los gurús del coaching, del trabajo en equipo, de calidad en la empresa, la oferta de actividades de algunos ayuntamientos, los publicistas, los directores de cine, la industria literaria, los neurobiólogos, los grandes números uno: Seligman, Goleman, Gardner, Beck, Habermas, Lipovetsky, Punset… han dinamitado las bases del positivismo materialista que predicaba sólo la fe en las evidencias, ahora que la economía, la industria multimedia, la publicidad, la arquitectura, la tecnología, el turismo, Internet… son postmateriales, ahora que la fuerza está en los intangibles, en las experiencias de vida, en la mística que rodea a los objetos, no en los objetos mismos.

Sin embargo, ahora, algunos de «adentro» cuestionan la pertinencia de educar la competencia espiritual. Este post pretende crear conversación sobre un asunto interesante y crucial para la escuela católica, en especial.

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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