Estuve en paro, y la Banca aumentó sus ganancias como jamás en la historia
(Enrique Gómez, del movimiento rural cristiano).- Hubo un tiempo en que muchos aparecían preocupados por el drama del paro. Luego fueron menos los «ocupados». Surgen por todos lados tormentas de estadísticas. Y luego la cosa parece que se desinfla. El paro parece la enfermedad incurable, y el parado un enfermo. Esto aburre a cualquiera. Ya nos hemos hecho a aquello que decía un pensador «la verdad es a menudo la cosa más insensata del mundo». La verdad a veces, no tiene sentido, no tiene razón, pero es implacable. Y la verdad se presentó en la reunión del movimiento, el lunes pasado. Emilio manifestó que le habían despedido en la empresa donde trabaja desde hace 18 años, además de forma chulesca y sin contemplaciones. No es que las manos de este amigo se nieguen a trabajar, es que las manos se las han amarrado. Parado, quieto, improductivo, como piedra en la cuneta a su pesar.
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