Un mundo que revuelve Roma con Santiago y saca millones para salvar al sistema financiero pero apenas mueve un dedo para hacer que los niños más vulnerables puedan tener un futuro... eso es más que un escándalo, una indecencia.
(En Clave de África).- Es que no tiene otro nombre, sino el de escándalo. Escándalo porque estamos en el siglo XXI, y nuestro planeta cuenta con un potencial científico, tecnológico, material y económico muy considerable.
Es un escándalo porque se podría solucionar en un periquete si hubiera más voluntad política, si se dirigieran hacia otro lado las prioridades del mundo y si hubiera más dignidad entre la clase dirigente (política y comercial) y los poderes fácticos…
Para leer el artículo completo, pincha aquí: