El delegado de religiosas de Zaragoza recuerda que "es la tercera vez que intentan robar en el convento" y que, "en ocasiones anteriores, entraron a través del tejado"
(José Manuel Vidal).- Francisco Martínez García fue, durante 47 años, vicario general y, por lo tanto, uno de los pesos pesados de la archidiócesis de Zaragoza. Pero nunca había asistido a algo así. Y eso que Don Francisco atiende a las monjas cistercienses, a las que robaron 1.500.000 euros, desde hace varias décadas. A falta de conocer todos los detalles, asegura que «el convento no tiene esas ganancias». A su juicio, el dinero escondido en bolsas y robado podría proceder de la venta de cuadros de alguna de las numerosas y cotizadas exposiciones de Sor Isabel Guerra, la monja pintora del monasterio de Santa Lucía.
Cuenta Don Francisco, con la natural reserva de su cargo, que el convento de las cistercienses se mantiene «holgadamente». Primero, porque dispone de una buena cartera de clientes para su taller de encuadernaciones, algunas de ellas de gran valor artístico, como códices, pergaminos e incunables. Un trabajo profesional con herramientas de última generación y que les reporta buenos beneficios.
Además de la encuadernación y recuperación de libros, las 16 monjas cistercienses del monasterio de Santa Lucía de Zaragoza se dedican a la restauración, que también les produce ingresos. Pero la parte del león llega a las arcas del convento procedente del genio de Sor Isabel Guerra, la monja que dicen pinta como los ángeles. Y hasta parece haber creado una nueva escuela, la del «realismo trascendental».
Muy conocida, Sor Isabel expone habitualmente en la galería Sokoa de Madrid y, además, es la retratista oficial de muchos de los obispos españoles. Ella ha sido la autora de los retratos de los últimos presidentes de la Conferencia episcopal. Desde Tarancón a Rouco, pasando por Díaz Merchán, Suquía y Yanes.
Por todos esos capítulos reciben ingresos las cistercienses. «Hacen una labor primorosa en todos los ámbitos y tienen siempre trabajo más que de sobra. No es, pues, de extrañar que hayan podido reunir algún dinero. Pero si la cantidad es la que se maneja en los medios de comunicación, me parece que sólo podría proceder de la venta de cuadros de sor Isabel«, explica Franciscó Martínez.
Isabel Guerra es una madrileña dotada de un especial talento artístico. Tiene 63 años y, desde hace tiempo sus cuadros se cotizan y mucho. Cualquiera de sus dibujos puede costar entre 2.500 y 12.000 euros y sus cuadros llegan a alcanzar los 48.000 euros. Guerra suele exponer cada tres o cuatro años y vende todo lo que expone. De hecho, en la galería Sokoa de Madrid, que lleva su representación, suele haber lista de espera de compradores.
Las monjas que viven con total y absoluta sencillez la regla del ‘ora et labora’ dedican sus ingresos no sólo a mantener su monasterio, sino también a ayudar a otros muchos. De hecho, Francisco Martínez asegura que «vienen dedicando grandes cantidades de dinero a la restauración de monasterios cistercienses tanto españoles como extranjeros«.
El delegado de religiosas de Zaragoza recuerda que «es la tercera vez que intentan robar en el convento» y que, «en ocasiones anteriores, entraron a través del tejado». Es decir, que los ladrones sabían ya que iban a tiro fijo.
La policía ha abierto dos líneas de investigación. Una, para identificar a los ladrones, y otra, para esclarecer la procedencia de una suma tan considerable de dinero, en billetes de 500 euros, y escondida en bolsas de plástico, lo que hace sospechar que podría tratarse de dinero negro.
De hecho, la investigación se ha centrado, por ahora, en las personas que tienen acceso de un modo u otro al edificio. Fuentes policiales indican que se ha elaborado un listado que incluye desde suministradores de alimentos a clientes de los trabajos de encuadernación.
Mientras tanto, las monjas y su «tesoro» robado son la comidilla de todos los medios impresos y digitales. Las monjas no quieren hablar, aunque se espera que, a instancias del arzobispado maño, hagan hoy público un comunicado.