Alfonso Carrasco Rouco sí tiene un perfil en Facebook
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El juzgado de Instrucción y Primera Instancia de Arzúa (A Coruña), ha dictado una sentencia en la que absuelve a 53 vecinos de la localidad de Ribadulla, en Santiso (A Coruña), contra los que había emprendido una demanda civil el obispado de Lugo para dirimir la propiedad de unos terrenos.
El problema entre vecinos y clero se remonta a hace unos dos años, cuando los parroquianos y el Obispado comenzaron a discutir la propiedad de unos terrenos situados frente a la iglesia y la ahora abandonada casa rectoral.
La Iglesia consideraba que los 2.400 metros cuadrados objeto de litigio le pertenecen, en tanto que los vecinos los entendían como suyos y testimoniaron que en ese espacio llevaban más de 40 años organizando las fiestas parroquiales y otros eventos sociales.
Se trata de un terreno localizado en la parte alta de Ribadulla, luego de que esta parroquia fuera inundada parcialmente en 1968 por la construcción del embalse de Portodemouros.
Tras un acto previo de conciliación que había concluido sin avenencia, el pasado 24 de febrero se llegó a la vista oral donde, una vez más, quedó constancia de las discrepancias que existían entre iglesia y parroquianos.
En la sentencia, a la que tuvo acceso EFE, se concreta que tanto en los fundamentos jurídicos como del examen de la prueba aportada en autos practicada en el juicio «no se deducen la concurrencia de los presupuestos para la estimación de las pretensiones ejercitadas frente a los demandados».
Además, se asumen «en su integridad» las alegaciones y argumentos de los vecinos en su escrito de contestación. El fallo precisa también que incluso la parte testifical propuesta por la acción demandante reconoce que el terreno litigado, «Campo da festa o campo del Crucero», se utilizó como campo de fiesta parroquial e incluso como campo de deportes «para la juventud e infancia de la parroquia de Ribadulla».
Se agrega luego que transcurrieron al menos 30 años sin que la parte demandante hubiera ejercitado «un acto obstativo de dicha posesión, pública, pacífica e ininterrumpida por parte de los vecinos».
Por otro lado, la diócesis ha empleado un sistema de cartelería y redes sociales se han convertido en dos de las claves de una campaña de comunicación de la Delegación Diocesana de Juventud (DDJ) para llegar a jóvenes de edades comprendidas entre los 13 y 35 años.
La campaña iniciará su andadura esta tarde cuando se procederá a empapelar el obispado de Lugo con carteles que contienen distintos mensajes y donde el prelado la diócesis, Alfonso Carrasco Rouco, será el encargado de colocar el primer cartel.
Así lo ha avanzado, en conferencia de prensa, el delegado de juventud de la diócesis, Marcos Torres, quien ha precisado que obispo lucense tiene el «empeño» de trabajar con el mundo joven.
Calificó, asimismo, al propio prelado como «un enamorado» de las nuevas tecnologías, que ha llevado a Carrasco Rouco a disponer de un perfil en Facebook e incluso el «deseo» de abrir «cuanto antes» otro perfil en twitter, e incluso en tuenti.
Las redes sociales, además de un página Web, también están presentes en la DDJ, para trasladar la actividad de la delegación a todos los jóvenes, incluidos los no católicos.
Incidiendo en el empapelamiento del obispado, Torres ha precisado que será «un acto histórico» que el propio prelado ha interpretado como una idea «maravillosa y original», además de haber ironizado que será «el primer obispo de toda la historia de la diócesis» que empapele la fachada de esta sede.
Por su parte, Carrasco Rouco, ha reconocido que la tarea de hablar a los jóvenes de cada generación es «urgente» y de manera particular «en la actual», como consecuencia de la «gran pluralidad y cantidad de propuestas diferentes de vida».
Aún siendo partidario de hablar «cara a cara», también ha concedido gran importancia a las nuevas tecnologías «para el contacto y la comunicación», que se ha convertido para el obispado en «una opción necesaria» el poder entrar a través de «estos campos para acercarnos a los jóvenes».
(Rd/Efe)