No existe pluralismo. Hay hijos de vencedores de la guerra e hijos de vencidos
(Josep Maria Margenat, en El Ciervo).- En 1951, poco antes del Congreso eucarístico internacional de Barcelona, todavía hay cartilla de racionamiento. La Iglesia española es monolítica y tiene mucho poder, está alejada de los sectores más dinámicos de la sociedad, aunque parece que lo domina todo, así que no hay otras religiones ni otras confesiones cristianas. No existe pluralismo. Hay hijos de vencedores de la guerra e hijos de vencidos.
Algunos de estos promueven una política de reconciliación nacional. De los primeros, unos pocos no aceptan la versión oficial sobre el pasado, sobre la guerra, sobre el «otro», el «enemigo». Nace un pacto por una democracia que renuncia a un pasado que enfrenta, una nueva «memoria histórica reconciliada«.
Los primeros que escribieron en nuestra revista destacaban por su libertad y su bondad. Con gente así la transición no podía salir mal. Sin estos cristianos la democracia, la Iglesia española, la sociedad hubiesen sido diferentes. En 2011 las religiones se escriben en plural, en parte por la masiva inmigración de los últimos años.
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